Capítulo 22

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Jimin

—...le rompió la nariz y todos dicen que Jeon ha enloquecido—murmuró Tae tomando una fresa que usaría en uno de mis postres y le dio una mordida—pobre Gary, debió ser vergonzoso.

—¿Gary no lo golpeó de vuelta? ¿Jungkook, él no salió lastimado?—dejé de cernir la harina para mi tarta.

—¿No me has escuchado?—Taehyung levantó una ceja y ladeó el rostro—Te dije que Jeon se volvió loco y lo golpeó de la nada. ¿Por qué te preocuparía si ese alfa idiota salió lastimado?

—Solo porque es el padre de mi cachorro—me encogí de hombros y continué mi labor.

—¿Estás escuchándome? ¡Golpeó a ese hombre de la nada Jimin! —Tae pataleó—Jeon Jungkook está enloqueciendo y te recuerdo que lo único que hizo fue maltratarte.

—No lo he olvidado, pero si algo le pasa, de alguna forma nos afecta.

—¡No mientas!—me señaló—te sigue importando ese alfa, después de todo lo que hizo...

—No voy a negarlo, pero no quiere decir que vaya olvidar lo que hizo. Ni que es un arrogante, necio, egoísta, animal, eso está claro. Tampoco deseo que la pase mal, ya te lo dije, es el padre de mi cachorro.

—Eres tan noble—Tae rodó los ojos—pero deberías de preocuparte por ti. Tú eres el que está aquí horneando pasteles para ganarte la vida y salvar tu casa.

—Disfruto de hacerlo—sonreí—tengo clientes frecuentes y cada día llegan más. Hay un nuevo cliente que llama todos los días y hace encargos grandes, vendrán por el más tarde. Así que deja de comerte esas fresas—golpeé la mano de Tae justo cuando iba a tomar otra de mis fresas—o me dejarás sin suficientes para terminar aquí.

—Eres tan egoísta—mi amigo apretó los ojos—¿ y de dónde salió ese cliente?

—No sé, solo llamó, supongo que me han recomendado. Le preguntaré la próxima vez para agradecerle a quien sea que lo haya hecho.

—¿Qué hay de tu hipoteca?

—Me han dado una prórroga, pero los intereses subieron. Al menos si logro pagar a tiempo, los congelarán. He estado haciendo un plan para ello, el negocio va a bien, aunque aún no es suficiente, pero no te preocupes, se resolverá. Ahora ayúdame con esto o no lo tendré listo a tiempo—le entregue una espátula y un recipiente—revuelve los ingredientes.

La verdad es que no tenía idea de cómo saldaría mi deuda, con un cachorro en camino y todos los gastos, no la tenía fácil. Tenía que empezar a priorizar mi vida, pero mi casa, era importante para mí. Quería que mi cachorro creciera en ella, que pudiera hablarle de cómo había pasado ahí buenos ratos con mi madre. Ya era bastante difícil dormir en un nido incompleto, extrañaba el aroma de Jungkook y estaba lleno de problemas.
Sacudí mis pensamientos, lo mejor era enfocarme en estar listo para la llegada de mi cachorro, los bebés necesitan tantas cosas. Ni siquiera sabía por dónde comenzar, pero no estaba decaído, al contrario. Me apresuré a tener listo el pedido, menos mal podía ganarme la vida con algo que mi madre me había enseñado y que amaba.


Jungkook

Estar en casa no ayudaba mucho a mi ánimo, Hoseok me mantenía al tanto del trabajo y atendía lo que podía desde casa, aunque no sentía el mismo interés, me mantenía ocupado.

Intentaba tener una vida normal, de plantearme objetivos y el más importante era cuidar de mi cachorro y por supuesto de Jimin. A pesar de que no había mucho que pudiera hacer desde la distancia por ellos, trataba de mantenerme enfocado.

Los fines de semana sabía que serían los peores, el domingo temprano salí a correr para liberar el estrés y volví para preparar algo de comer. No tenía un plan, ni ánimos para elaborar alguno.

I hate you, I love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora