Un secreto doloroso

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Mini maratón 1/2

Era viernes y ya habían terminado las clases. Sali de la escuela y vi el auto de Liam, cuando iba caminando alcance a ver que Aaron iba en el asiento del copiloto. 

Cuando estuve enfrente del auto, Aaron se bajo para luego darme un beso corto y luego me abrió la puerta de atrás. Le sonreí para luego subir a el auto, él cerro la puerta y volvió a entrar y sentarse donde antes estaba.

El viaje fue tranquilo, nadie hablo pero no me importo mucho ya que me la pase viendo el camino. 

Vi el edificio a lo lejos pero pasamos enfrente sin detenernos. Fruncí el ceño para luego volver a ver a mi hermano que veía la carrera.

No hable y empecé a ver la carretera para adivinar a donde íbamos a ir.

Después de casi una hora alcance a ver un edificio muy conocido para mi yo de diez años para adelante. 

—Oh no, yo no quiero ir ahí. 

Los dos me ignoraron y yo bufé. 

Liam entro a el estacionamiento subterráneo y dejo el auto. Los dos se bajaron pero yo me quede adentro de el auto. Aaron abrió la puerta del lado donde estaba y se inclino para verme con una sonrisa de lado. 

—¿Quieres que te cargue como una princesa? —pregunta y yo suelto una pequeña risa  

—Si claro. 

Aaron se quito de la puerta y yo me baje de el auto, cerré la puerta para después girarme a Aaron y sonreírle. 

—Estoy dispuesto a llevarte como una princesa

—No es necesario, ya me baje. 

Los tres empezamos a caminar para después entrar a el ascensor y subir a el piso cinco. Yo iba en medio mientras que Aaron estaba a mi derecha y Liam a mi izquierda. Cuando ya íbamos por el piso tres, sentí como Aaron entrelazaba nuestras manos lo que causo que sonriera.

Las puertas se abrieron y los tres salimos, todo estaba como lo recordaba, dos ventanas grandes, sillones de colores en orden del arcoíris, a la derecha estaban los juegos para niños que era una alberca con pelotas de colores, una resbaladilla y dos columpios. En la izquierda estaba la recepción blanca y a lado una puerta de madera oscura con el nombre de la psicóloga en dorado.

Liam se adelanto a la recepción donde estaba una chica rubia viendo a Liam examinándolo y Aaron me llevo a un sillón para dos color verde.  

—¿Nerviosa?

—Si.

Liam a los pocos minutos llego y se sentó en el sillón de alado. Aaron se levanto y me dijo que iba a explorar a lo cual yo asentí. 

Cuando Aaron se alejo, me gire al instante a Liam que estaba viendo el celular. 

—¿Le dijiste?.

No quería que Aaron se enterara. 

—No se va a enterar hasta que tu le digas.

No le pienso decir.

Después de unos minutos Aron llego y se sentó de nuevo a lado mío pero el sonido de la puerta abrirse hace que los tres nos giremos y veamos a la psicóloga que me llama por mi nombre y apellido.

Me levanto y camino lentamente a la psicóloga que me mira con una sonrisa amable.

—Buenas tardes Elizabeth —dice cuando llego al frente suyo. 

Su pelo castaño esta en forma de trenza y sus ojos negros me miran con alegría, lleva ropa normal, un pantalón ajustado con una camisa verde oscura, botas negras y su maquillaje era sencillo.

El amor tiene consecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora