Me atrevo

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Lunes 1 de junio

Esto lo había meditado por todo un mes. Hasta buscó la fecha más indicada para la ocasión. Todo estaba planeado. Aprovecharía que Izuku salía a trotar cada día a las seis de la mañana para decirle.

No lo iba a negar: derrotar a un villano poderoso le causaba menos nervios que lo que estaba a punto de hacer. Se sentía vulnerable. No podría sincerarse de esta manera con cualquier persona, pero él era especial.

¡Kacchan! ¡Eres genial! ¿Cómo hiciste eso?

Venían muchos momentos compartidos con Izuku a su mente, y la ansiedad se apoderaba de él. Miró el reloj.

«Debe de levantarse en cinco minutos».

No había necesitado un despertador para levantarse de la cama. Ya estaba en pie y con mucha energía desde las 5 a.m. Había ido al baño para lavarse la cara y presentarse con un peinado decente.

¿Qué te pareció mi nuevo movimiento, Kacchan? Me inspiré en tu técnica...

Quería descubrir muchas más cosas con él. Había tomado su decisión desde hace mucho tiempo.  A esas alturas, estaba completamente seguro de tomar la iniciativa. Solo faltaba la aprobación del pecoso.

Ya era la hora. Izuku saldría en cualquier momento de los dormitorios. Debía estar atento para darle el alcance. Se acercó a la ventana y llegó a locarlizarlo. El peliverde vestía el uniforme de entrenamiento de UA. Bakugo copió su estilo, solo faltaba ponerse la casaca. Corrió con tanta seguridad como si una brújula lo guiara. Se sentía como un imán que era atraído por una extraña fuerza hacia el pecoso.

―¡Deku!

Bakugo estaba acelerado. No era muy bueno expresándose, mas haría el intento. Izuku se volteó para verlo. Lo sorprendió justo cuando empezaba con los estiramientos.

―Kacchan, buenos días. ¿También vas a correr?

Dudó un momento, pero al final le pareció una buena idea para poder ordenar sus pensamientos.

―Sí, espérame.

―Claro.

Corrieron un buen tramo, mientras observaban los árboles y escuchaban el trinar de las aves. El día apenas comenzaba; no obstante, Bakugo no quería alargarlo más. Necesitaba que Izuku lo supiera de una vez por todas.

Paró de correr y respiró hondo.

―¿Hm? Kacchan, ¿qué sucede?

―Necesito decirte algo. Ven.

El rubio lo llevó cerca de los árboles y se paró frente a él. Realizó un par de respiraciones profundas antes de continuar:

―No necesito un maldito día especial para hacer esto. Solo me pareció interesante ese calendario que siempre revisas.

―¿Qué quieres decir?

―Izuku,...me gustas ―tomó una pausa y continuó―, me gustas demasiado.

El peliverde se quedó en blanco.

―...Huh?....Um....?...Kacchan, ¿estás bien? ¿No estás con fiebre?

No esperaba esa respuesta, pero no se escharía para atrás.

―¡Por supuesto que no! Estoy totalmente cuerdo y lo que he dicho te lo puedo volver a repetir. ―Lo tomó por ambos hombros y sus ojos se concentraron en el peliverde.

Bakugo estaba dispuesto a repetir su confesión; sin embargo, Izuku lo interrumpió nervioso.

―Oye, ¿ese no es Todoroki?

―¿Y ahora que quiere ese bastardo mitad mitad? ―Bakugo soltó al pecoso y volteó para ver si el joven bicolor se aproximaba―. Menuda manera de interrumpir...

―¡FULL COWL...RUNNING STYLE!―El peliverde salió corriendo como si la mismísima muerte lo persiguiera.

Bakugo se quedó perplejo, pero de ninguna manera pensaba montar la típica escena cliché de perseguir a la persona que te gusta como colegiala enamorada.

―¿Pero qué mierda, Deku?

Apretó fuerte sus puños y soltó un suspiro lleno de frustración. Los pájaros salieron volando, aterrorizados por la explosión que había liberado frente al árbol que tenía más cerca.

.

.

.

¡Llegó la confesión!...

Aunque no salió como esperaba Bakugo :/

¡Gracias por leer!

Mc Dannuts

¿Por qué hoy es tan especial?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora