Sábado 11 de Enero, 11:45 PM
Una noche de plenilunio acompañaba la soledad de sus pensamientos.
¿Qué había sucedido aquel día, que en un cuarto de hora iba a ser parte del ayer?
Katsuki miraba al techo con los brazos cruzados entre sí por detrás de su cabeza. Si bien ya estaba tumbado en su cama, no tenía ganas de dormir. Había mucho que organizar en su mente.
«Ese maldito nerd sí que se emocionó mucho el día de hoy. Desde que salió en la mañana a saludar al bastardo mitad mitad podía percibir vibras distintas en él. No bajó a la planta principal hasta la hora del almuerzo. Al parecer se la pasó todo el día encerrado en su cuarto».
Pero cuando llegó el dichoso cumpleañero, no tuvo ni un poco de modestia en esconder todo el júbilo que llevaba dentro.
Justo cuando descendía a la sala se cruzó con un precipitado Deku, que parecía un mocoso ilusionado por una salida de paseo que le prometieron sus padres.
En la sala principal se encontraba Denki y Mineta entreteniéndose con los videojuegos.
―Midoriya no pierde ni un minuto cuando se trata de Todoroki ―exclamó el más pequeño, que disputaba una partida de supervivencia junto con el electrizante chico en uno de los tantos mundos cuadrados de Minecraft.
―¿Qué esperabas? ―objetó Denki―. Ambos últimamente son muy cercanos.
Era suficiente. No quería seguir prestando oídos a aquel tipo de estupideces que cuchicheaban ese par de imbéciles con neurona compartida.
Espera, ¿le había incomodado el comentario?
No podía ser, ¿acaso el extraordinario, grandioso y perpicaz Bakugo Katsuki podía consentir tal razonamiento?
Qué idiotez...
Se acercó a la ventana del lado opuesto de donde se encontraba el par jugando a picar diamantes y oro.
¡Ja! Nadie podía negarlo, era un estúpido nerd. Estaba casi seguro de que se había caído por la torpeza que le caracterizaba.
Tantas veces lo había visto tropezar cuando ambos eran pequeños. No era una escena para quedar asombrado. Al menos no se puso a lloriquear como antes. Siempre tenía que levantarlo y calmarlo para que no armara un alboroto en el parque. Pero ese no era el caso.
Un gesto sonriente adornaba su rostro. Podía asegurar que estaba un poco sonrojado. Sus verdes rizos se habían mojado parcialmente y algunos en su frente lucían desordenados.
Unas de ganas de poner en orden todo el lío que se había formado en su cabellera invadieron su ser. Quería entrelazar sus dedos entre esas hebras rebeldes color naturaleza. Deseaba peinar esa cabellera y sentir la suavidad de cada maldito rizo del pecoso.
Mierda.
Cero era el porcentaje de oportunidades que tenía para poder dominar las emociones que promovían ese tipo de pensamientos acaramelados.
Menos mal pudo cubrirse con la cortina cuando Todoroki volteó hacia el edificio desde donde había estado vigilando toda la escena en los exteriores.
El maldito bastardo bicolor tenía la oportunidad en ese momento. Poseía esa maldita oportunidad otorgada por Deku. Es verdad, él había cambiado. Ya no era el mismo chiquillo arrogante e impulsivo de secundaria. Sin embargo, ese comportamiento derivó en mayores dificultades y desventajas para vincularse con el peliverde. ¿Cuál sería su opinión sobre él?
Adicionalmente, lo que había pasado aquella noche tampoco fue del agrado de Katsuki.
«Ok, Katsuki, en ese momento debiste controlarte. No puedes mirar tanto a Deku en frente de toda la clase. Puede atraer chismes y suspicacia».
¿A quién engaña? Al carajo las habladurías y los cotilleos que surgirían. Igual, la mayoría parecían más concentrados en el tamagoyaki y en las pláticas que habían iniciado en grupos más pequeños.
¿Qué hacía el idiota de Deku tanto tiempo en el celular?
«Usualmente él siempre mantiene conversación con el cuatro ojos o la cara redonda. ¿Tendrá algún amigo virtual? A lo mejor...¿será una misión secreta de la cual le están brindando información confidencial a estas horas de la noche? ¿un amant...».
¿Qué sandeces proponía su cabeza?
Lo podía afirmar de manera categórica: el amor idiotiza a la gente.
Debía hacer algo. No se podía quedar de brazos cruzados con la mente atormentándolo. Si tan solo supiera qué es lo que mantiene tan cautivado a Deku frente a esa maldita pantalla azul. Y de ninguna manera entre sus opciones para averiguarlo estaba preguntarle al nerd. Eso sí que no. No luciría como un fanático que estaba interesado en todo lo que el ojiverde hacía en su vida.
"💡"
Tuvo una idea. O mejor dicho, esperaba que el cabellos de mierda le diera una idea. Al fin y al cabo, dos cabezas piensan mejor que una.
Le preguntaría después. No tenía cabeza ni energía suficiente para contarle todo lo que había pasado ese día.
«¡ Y cómo olvidar lo último de hoy!».
Oh espera, el reloj marca las 12:10 a.m.
Reformuló: ¡Cómo olvidar lo último de ayer!
La mayoría de la clase ya se encontraba en sus dormitorios, alistándose para dormir. ¿Pero qué va? Esos dos iban a recibir el 12 de Enero juntos. Ninguno de los dos movía su maldito trasero para sus respectivas recámaras. Se quedaron en la sala charlando como viejas chismosas. Aguanta, aguanta. Se le ocurrió algo totalmente aleatorio:
Una escena romántica:
«Los dos sentados en aquel sillón tan espacioso, sosteniendo bebidas calientitas para compensar el invierno de Enero. Y de pronto, Todoroki le confiesa su amor al idiota ese. La cara de Deku se pinta color carmín intenso y baja la mirada. Con delicadeza, Shoto lo sostiene por la barbilla y dirige su mirada hacia él. Se acerca poco a poco y sus labios se funden en un tierno be...».
«¡CARAJO, KATSUKI, DUÉRMETE!».
Esos pensamientos no le hacían bien a su corazón, condenadamente fascinado con el muchacho de pecas.
![](https://img.wattpad.com/cover/296461474-288-k803546.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿Por qué hoy es tan especial?
FanfictionDeku se ha estado comportando raro últimamente. Haciendo actividades y planeando salidas que no vienen al caso. Como si cada día fuera especial por alguna razón desconocida. Bakugo, quien recientemente se ha dado cuenta de sus verdaderos sentimiento...