Rosas

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Viernes 12 de junio

―... ¿Dónde está De-, digo, Izuku? ―preguntó a Iida confundido por la ausencia del peliverde.

―Ah, Bakugo. Izuku está bien. Solo sufrió un golpe en la cabeza. Es por eso que decidieron trasladarlo cuanto antes a UA, para que Recovery Girl lo pueda atender.

―¡¿Cómo que...?! ―Trata de mantener la compostura―. Gracias, yo mismo iré a ver.

Empezó a correr directamente a la enfermería. Izuku había estado fuera en una misión junto con Iida. Había sido un patrullaje rutinario como parte de sus prácticas preprofesionales; sin embargo, solo el chico de lentes había regresado a los dormitorios.

Se cruzó con Recovery Girl en el pasillo. La anciana lo notó perturbado.

―¡Espere un momento! ¿Izuku sigue ahí? ¿Cómo está? ¿El golpe ha sido grave?

―Tranquilízate, muchacho. Todo está controlado ―expresó la mujer en un tono calmado―. A propósito, ¿podrías acompañarlo? Si se despierta dile que puede irse a descansar a su cuarto. Ahora estoy saliendo a atender otros asuntos.

―Sí, voy para allá.

Llegó lo más rápido que pudo a la habitación donde estaba siendo atendido. Solo estaban él e Izuku, que se encontraba durmiendo con una venda acomodada alrededor de la frente. Tocó su pecho y cinco segundos fueron suficientes para expulsar el aire inhalado. ¿Qué había sido eso? ¿Por qué había sentido una opresión en la garganta? ¿Por qué sintió que su corazón era arrastrado un kilómetro bajo tierra?

Tenía miedo.

Tomó asiento al lado izquierdo de la cama con los puños apretados. Deseó calmarse y empezó a masajear sus sienes, mientras ordenaba sus cuestionamientos internos. 

¿Por qué estaba enamorado? ¿Por qué su pecho enloquecía cada vez que veía a Izuku? ¿Por qué el pecoso le dio esperanzas? Todo ello solo ocasionó que el rubio deseara permanecer a su lado. Estaba atento a lo que hacía el pecoso. Observaba su crecimiento en silencio. De ninguna manera permitiría que algo le pasara.

Colocó su mano encima de su brazo lleno cicatrices. Recostó su rostro en el firme colchón inhalando un aroma muy atesorado para él. En aquel instante, solo quería estar cerca del pecoso. Estaba aliviado al verlo descansar.

Se quedó meditando en el futuro de ambos y, casi como contando ovejitas para acunar a un niño, Bakugo se rindió ante los brazos de Morfeo.

«Despierta cuanto antes, idiota. Si no lo haces, enfrentarás mi Stun Grenade».


15 minutos después...

―Kacchan, despierta.

Bakugo se dio cuenta en la posición en la que estaba. Era muy comprometedora, y adicional a eso, de seguro estaba incomodando a Izuku, con todo el peso de su cabeza sobre su mano.

―Kacchan.

En un movimiento rápido, se separó de la camilla y se sentó derecho.

―Deku. Yo..., solo vine a ver cómo estabas.

Izuku estaba un poco adormitado. Se tocó la cabeza y esa simple acción lo hizo abrir los ojos más de lo normal. Entonces recordó todo lo que pasó.

―Perdona. No debería estar aquí. Me distraje un segundo y ese villano ya me había lanzado contra un edificio. ¿Todo salió bien?

―Iida dijo que todo resultó favorable. Arrestaron a los villanos y evitaron que la gente salga herida.

―Me alegra escuchar eso. Esto solo ha sido un simple golpe. Debo estar más atento. Aún me falta mucho por mejorar. Voy a entrenar más, voy a volverme más fuerte... No quiero que...

¿Por qué hoy es tan especial?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora