Capítulo 19

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—Está bien. ¿De qué quieres hablar?

—Sé que no traes drogas, no soy tonto.

—Si lo sabías, entonces, ¿por qué hiciste todo eso?

—Para que salieras y me dijeras que tenías en realidad —resume.

—Es una sorpresa para ti —digo, y tapo mi boca.

—Oh. Perdón por arruinarla, Ate —responde algo triste, y agacha la cabeza.

—No te pongas triste, Lolo. Aún no sabes que es la sorpresa —menciono emocionada, revolviendo su cabello.

—Cierto, ¿Me dejarás verla hoy? Pregunta ansioso.

—Sí. Te veo hoy a las tres en punto, en donde siempre.

—Muy bien, hasta entonces —dice emocionado, yendo a su habitación.

Tome las cosas que había comprado, las cuales eran galletas, frituras, refrescos, bocadillos y más, para luego dirigirme al jardín a armar todo. Lo que hice fue algo sencillo, arroje un mantel al piso, tire algunas margaritas, ya que era la flor de nuestra hermandad, y coloqué la comida y la bebida de forma cuidadosa sobre el mantel.

*********************** RECUERDO ***********************

*Ares, Apolo y Atenea unos años atrás*

—Mira que bonitas flores, Ares —digo, señalando unas que estaban en el piso con una sonrisa.

—Son igual que tú —se limita a decir.

—¿Lindas? —pregunto confundida.

—No, feas y molestas —responde y sigue caminando.

Inmediatamente, empecé a llorar y como no. ¿Qué hermano le diría eso a su hermana de 9 años? De repente, siento que unos brazos me estaban rodeando.

—¿Estás bien, pequeña? —habla preocupado Apolo.

—Ares me dijo que soy fea y molesta como esas flores —explico, aun llorando.

—No le hagas caso, él se cree mucho por ser mayor que nosotros. Además, no sabe nada porque esas flores, son hermosas al igual que tú —dice animándome.

—¿Quieres que esa flor represente nuestra amistad como hermanos? —pregunto, ya sintiéndome mejor.

—Claro, pequeña —asiente, para luego volver a abrazarme.

*********************** FIN DEL RECUERDO ***********************

—Nea, tienes talento decorando —dice atónito.

—Obvio. Que te haya sorprendido ofende —digo, fingiendo molestia.

—Bueno, ahora hablemos. Tenemos mucho que contar.

Nos pasamos conversando toda la tarde, la verdad que desde hace tiempo no tenía una tarde tan linda, la disfrute muchísimo, pero mi felicidad no duraría mucho más.

Una vez venida la noche, llegó Artemis y nos tenía una gran sorpresa.

—Bueno, les voy a pedir que se comporten y que traten con respeto a nuestra invitada —dice con su usual tono de seriedad.

Abrió la puerta, y no podía creerlo... Ella estaba aquí.

 Ella estaba aquí

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La hermana de los HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora