Capítulo 30

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-Papá, tiene una empresa de wifi y ese día que tu hermano llamo para ver si alguien arreglaba su Router, papá reconoció la dirección de inmediato y me envió a mí a seguir su estúpido plan de venganza y me convirtió en técnico cuando ni siquiera sabía como se enchufa un Router a una computadora, que ahora si lo sé porque luego de eso, me dio un curso de cinco horas seguidas, aunque no le entendí casi nada.

- ¿Y ese día que te vi trabajando en este mismo Starbucks?

-Oh, estaba ayudando a un amigo, se tuvo que ir y yo lo cubrí.

-Entonces ¿no eres pobre, ni técnico ni mesero? -Pregunta confundido Apolo.

-Exacto.

-Bien, pero te seguiré llamando Barbie.

- ¿Él me llama Barbie?

-Sí, lo hace siempre. Es un código secreto, para que no nos descubran en la casa.

-Bueno, soy Barbie, supongo.

-Debes de estar agradecido, ella es hermosa, tú no, pero ella sí-Habla Apolo.

-En fin, no le vallan a decir a alguien que me conocen.

-Oye, no podre con eso.

-Bueno, solo salúdame y yo te daré una señal para que sepas que hacer.

-Eso me parece mejor.

-Tengo una duda-Digo.

-Dime.

- ¿Cómo fue que Artemis no te reconoció ese día?

-Él no me conoce, sabe de mi existencia, pero no sabe quien soy.

-Yo tengo otra- Dice ahora Apolo.

-Te escucho.

- ¿Cómo Artemis pudo contratar a la compañía del enemigo?

-Cuando ellos compraron el servicio, la compañía todavía no era de papá porque él no la había comprado aún, y si quería quitar el servicio un empleado de su empresa debería de ir a su casa ¿Entiendes?

-No, pero digamos que sí.

-Apolo, ¿Esa de ahí no es la vecina?

-Sí, oh mierda-Dice y ambos nos escondemos debajo de la mesa.

- ¿Qué hacen?

- ¿No que no querías que nos vieran contigo?

-Pero ellas no saben quien soy.

-Pero ellas le van con la información a Ares y el nos mata- Aclaro.

-Ya se quien es, ese me intento golpear fijo unas diez veces, pero ya estoy acostumbrado.

- ¿A qué Ares te golpee?

-Sí.

-Lo voy a matar en cuanto lo vea.

-Tapen mejor sus cabezas porque esta ahí, al lado de su vecina y su amiga.

- ¿Esta Dani? -Espera una respuesta, pero no dice nada- ¿Hay una rubia?

-Sí.

-Adiós Atenea- Informa saliendo de debajo de la mesa.

-Traicionero.

-Luke, ¿me harías el favor de irte de la mesa? Te veo en el callejón, es que me duelen los pies de estar tanto agachada.

-Claro, preciosa, te espero.

Luke se retiro y unos minutos después me levante cuidadosamente intentando que Ares no me viera y lo logre, había logrado huir.

-Luke, estoy aquí.

-Genial, ya me aburria.

-Fueron solo cinco minutos los que te deje solo.

-Sin ti, son eternos, Hasley.

-Me empalagas Luke.

- Te propongo algo.

-Te escucho, Luke.

-Te digo un piropo a cambio de un helado.

- Bien.

- Quisiera ser lagrima, para nacer en tus ojos y morir en tus labios.

-Cada vez empalagas más, Luke.

- ¿Me permites otro?

-Uno más y ya.

-No eres Google, pero tienes todo lo que busco.

Luego de todos piropos, señoras y señores, les aseguro que un tomate era menos rojo que yo.

-Me gusta tu versión de Po.

- ¿Quién es?

-El teletubbie.

-Oh, siempre le digo a Artemis que soy uno de ellos, el violeta.

- ¿No te sabes sus nombres?

-No, jamás eh visto esa caricatura.

-Pues eso se acaba hoy, vamos a la heladería, conecto mi teléfono al wifi y hacemos maratón de los teletubbies.

-Es la cita secreta, más interesante que eh tenido.

-Me alegra oír eso, Hasley. 

La hermana de los HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora