Capítulo 39

226 17 0
                                    

Luego de ir a comprar el desayuno a otro lugar, nos dirigimos a casa donde nos encontramos a papá muy enojado.

—¡¿Qué paso en la cocina?!

—Fue Ares—decimos los tres a la vez.

—¿Dónde está Ares? —indaga papá enfadado.

—Se supone que debería de haber estado aquí, pero parece que el cobarde huyo—Dice Artemis y todos los presentes compartimos una mirada.

—Típico de Ares—decimos al unísono y se escucha como se abre la puerta principal.

Mi hermano...

—¿Estaban conspirando en mi contra? —pregunta ofendido.

—Noooo—negamos todos.

—Creo que entendiste mal, jamás diríamos cosas malas de ti, hermanito—digo.

—Ajá—dice rodando los ojos—. Por cierto, compre algo para tu fiesta Ate.

—No quiero ni imaginarme lo que será...

Quien sabe con qué iba a aparecerse esta vez. En mi cumpleaños pasado dijo algo similar y después apareció en la fiesta vestido de Barbie.

Debo decir que no le costó mucho, ya que el trasero lo tenía.

—Mira—dice dándome una bolsa.

Al abrirla visualizo a la pobre Minerva con un sombrero de bruja, una escoba y dentro de un caldero.

—Por dios, Ares...

—Increíble, ¿cierto?

—¡Qué asco!

—¿Qué? ¿Por qué? —cuestiona confuso.

—¿Cómo se te ocurre traer a Minerva aquí todo el camino? ¡Hizo popo en el Caldero! —digo dándoselo.

—¡Agh! Que gata mugrosa, digna hija de Atenea—dice regañándola.

—¡Oye! Yo no defeco en calderos—me quejo.

—Por ahora... —dice y le doy un golpe.

—¿Ya está todo organizado para la fiesta de esta noche? —pregunto a papá.

—Sí. Aunque creo que deberías ponerte el vestido.

—No. Ni loca, papá.

—Atenea...

—No lo intentes. Ya toda la ciudad lo intentó, no lo van a lograr.

—¡Es que no puedes ir vestida con una túnica de Harry Potter!

—¿Quién dice que no? —pregunto de forma retórica y él rueda los ojos.

—¿Sabes qué? Haz lo que quieras.

—Gracias. Te tomo tiempo asumirlo, ¿eh?

***

Ya era hora de la fiesta y baje de las escaleras. Al hacerlo, todos me miraban perplejos.

¿A que no se esperaban esto?

La abuela se aproximó a mí y me dio un saludo falso—al igual que siempre—, para luego sentarse. Iban llegando más invitados y cada vez la mesa de los regalos se llenaba más.

Definitivamente el mejor cumpleaños.

Rato más tarde, ya habían llegado todos los invitados, por lo que estábamos por empezar a comer cuando se escuchó que se abrió la puerta principal.

¿Y a este quien lo invitó?

Papá estaba viendo a Luke con cara de asesino serial. Menos mal la gente no comprendía la situación y solo pensaban que era un invitado mas que había llegado tarde.

—Luke—digo abrazándolo para susurrar en su oído—. ¿Qué haces aquí, estúpido? Te dije a las diez de la mañana, no a las diez de la noche. Y era mañana.

—Ups. Son cosas que pasan—dice rascando su nuca nervioso.

—Estaría bien si esto te hubiese pasado en una familia la cual te quisiese. Papá te quiere matar, Teletubbie.

—Viene para acá—dice provocando que voltee y me lo encuentre caminando hacia aquí.

—Atenea...

—Yo lo invite, papá. Es mi cumpleaños. Mira hasta trajo un regalo—digo señalando sus manos, en donde traía una gran caja.

—Bien, pero después vamos a hablar...

—Sí, como digas.

***

Fue una noche maravillosa, la pasé genial y me olvidé de todos los problemas que tenía, aunque cuando desperté tuve un problema mucho peor.

Al despertar, me encontré a Luke a mi lado y.... bueno, en paños menores.

¿Qué carajo había pasado?

Recapitulemos...

Foto del gato de Atenea:

Foto del gato de Atenea:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La hermana de los HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora