La habitación apestaba, era un olor tan sofocante que era un poco difícil respirar. Las feromonas de alfa volaban por toda la habitación y era un cuarto tan pequeño, un espacio tan reducido. Sentía su fuerte respiración, el sudor en su piel y la rab...
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—¿Estás seguro de eso?, tengo la impresión de que se va a reír de ti —Hoseok opinó, ambos estaban abriéndose paso entre la gente para llegar a los camerinos del teatro.
—La idea es que se ría —Hoseok lo vio sin comprender y él se siguió abriendo paso entre la gente a codazos y empujones. Tal vez alguien se quejó, él no se detuvo.
La entrada a los camerinos estaba atiborrada de gente, muchos padres de familia felicitando a sus hijos por la gran presentación y los amigos visitando a los personajes de la obra.
Después de una discusión absurda y varias peleas Jimin había aceptado participar en la obra y no solo eso, había sido seleccionado como protagonista. Había estado ensayando sin parar durante el mes pasado y ambos habían estado muy ocupados.
Él organizando el comité y Jimin siendo una estrella.
—Ve por él y dile que venga acá —se apoyó en una esquina cerca de la bodega que le traía recuerdos y se escondió detrás del telón, viendo al menor de lejos.
Había brillado en la obra, bailó con gracia y elegancia como si el escenario le perteneciera y los demás fueran extras. De todos modos él no era el mejor crítico del desempeño de los actores, sus ojos solo habían seguido al menor.
Y había estado al borde de su asiento durante toda la obra, emocionado porque lo que iba a pasar.
Hoseok se había burlado de él, le había pegado y se había quejado diciéndole que lo dejará en paz "Cuando te enamores, lo entenderás".
Jamás pensó que él diría una frase así pero era cierta.
—¿Por qué tengo que ir yo?
—Porque ya estoy haciendo el ridículo y no voy a hacerlo en frente de más personas, ve —Hoseok lo vio mal pero lo hizo.
Llamo la atención de Jimin que reía, y aceptaba regalos y elogios de muchas niñas.
Traía un traje azul marino con una chaqueta de hombreras y bordes dorados, su cabello estaba peinado de lado descubriendo su frente y el tinte desgastado lo había dejado casi blanco, lo habían maquillado, un sutil delineado que acentuaba sus ojos y un labial que resaltaba sus labios.
Habían logrado su cometido, parecía todo un príncipe.
Hoseok se acercó a él y supo el momento exacto cuando Hoseok le dijo, porque sus ojos vagaron en todas las direcciones, buscándolo. Sonrió en su escondite ante la reacción de mejor.
Se sacudió al enjambre de niñas que lo acosaban y Hoseok lo ayudó a salir de la multitud, su corazón se aceleró mientras lo veía acercarse en su dirección. Corrió el telón y esperó ansioso.
