La habitación apestaba, era un olor tan sofocante que era un poco difícil respirar. Las feromonas de alfa volaban por toda la habitación y era un cuarto tan pequeño, un espacio tan reducido. Sentía su fuerte respiración, el sudor en su piel y la rab...
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Segundos, minutos o horas podrían haber pasado, él no estaba prestando atención. Su mirada quedó atrapada en aquellos ojos cafés que lo miraban de vuelta. Había algo hipnótico, en su expresión fría y desinteresada, no quería apartar la mirada. Se sentía como un desafío y el más débil, cedería primero. Si algo le tenía que reconocer a Park Jimin es que tenía presencia, era difícil que pasara desapercibido, y la gente solía mirar en su dirección cuando su fuerte aroma a café anunciaba sus entradas. Era la definición de alfa, fuerte y dominante. Su mirada, lo incitaba. La lucha entre sus ojos se extendió hasta que Park la desvió.
—Vámonos —pronunció Jimin rompiendo la tensión del ambiente. Varios bufidos se escucharon en el aire y él soltó el aire que no sabía que había estado reteniendo, ¿Qué fue eso?. Sentía su corazón tronar contra sus oídos y estaba preocupado porque algo tan simple lo logrará afectar. La rubia se puso de pie y Jimin siguió el movimiento colocando una mano en su espalda baja. Estaban por retirarse cuando una voz los interrumpió.
—No te consideraba un cobarde, Park. —Yoongi se tensó al escuchar aquella voz, Jackson desde su lugar lo retó, sus ojos brillando en desafío y algo más. —¿O es que te da miedo besar a alguien de tu misma casta?. —Un sonido se extendió entre los presentes, algo parecido a un "uhh", la rapidez con la cual la cabeza de Park giró en su dirección fue espeluznante.
Frunciendo el ceño, Jimin dio un par de pasos hasta quedar muy cerca del contrario, alcanzo a notar como Jackson se encogía en su lugar, desprovisto de su momentánea valentía. Lo sujetó de la polera y levantó su barbilla desafiante, mirándolo hacia abajo, buscando intimidarlo. Desde su lugar Yoongi pudo ver como tragaba saliva con nerviosismo, el aroma de Jimin se volvió agrio.
—No necesito probarle nada, ni a ti ni a nadie, tus tendencias desviadas me tienen sin cuidado—espetó. Y Yoongi decidió que no le importaba lo suficiente, para seguir escuchando.
Desviados se les llamaba a todo aquel que quisiera ir en contra del orden natural Alfa-omega. En su opinión era una estupidez estar con alguien según su casta, pero vivía en una sociedad muy tradicionalista y cerrada, al ser una ciudad tan pequeña estaba llena de prejuicios, no veía la hora de irse. Sintió el cambio en el ambiente cuando Jimin se fue, como todos lucían más relajados.
—Te dije que a Jimin no le gustarían tus jueguitos —exclamo una chica con una risa. Jackson había perdido todo color, luciendo asustado y sus amigos se mofaron con pequeñas risas. Era un alfa muy extraño, expresivo y distraído, abierto y amistoso. Era difícil ver muchos alfas como él.
—Sabía que era dominante, pero estoy impresionado —sus palabras le causaron gracia, porque era cierto Jimin no lo aparentaba, su cuerpo compacto y atlético, no aparentaba su carácter y mal genio. Era un maestro en guardar las apariencias, ocultándose detrás de su personalidad encantadora y amable. Pero él era capaz de ver más allá, y sabía que bajo toda esa personalidad brillante se ocultaba su verdadero carácter.
