La habitación apestaba, era un olor tan sofocante que era un poco difícil respirar. Las feromonas de alfa volaban por toda la habitación y era un cuarto tan pequeño, un espacio tan reducido. Sentía su fuerte respiración, el sudor en su piel y la rab...
¿Te atraigo?, ¿soy tu objeto para que me veas tanto?
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Su lobo gruñó en su pecho descontento y si las miradas mataran la suya ya lo habría hecho. Es que, era tan molesto... Quería que desapareciera de su vista, sus ojos pequeños y su mirada felina, su cabello negro y su ceño fruncido. ¿Cómo podía estar tan tranquilo? parecía que nada lo lograba afectar, ni siquiera la presión de obtener la mejor calificación, y siempre estaban compitiendo por quién podía obtener la mejor calificación. Su esfuerzo y desvelos no importaban, siempre sería el segundo lugar y lo iban a comparar con "él mejor''. Todo en él lo irritaba y solo quería deshacerse de la fea sensación, ¿por qué eres tan molesto?.
—¿Jimin-ah me estás escuchando? —La voz de la omega en sus piernas lo hizo apartar la mirada de cierto azabache que estaba maldiciendo en silencio.
—No, ¿Qué decías? —él apretó un poco su mano en la cadera de la bonita chica pelirroja para hacerle saber que le estaba prestando atención, ella bufó.
—Te estaba invitando a mi fiesta tonto —un golpe juguetón fue dejado en su hombro, Jennie era su mejor amiga una bonita muy agradable, le gustaba conversar con ella.
—No creo bonita, mañana tengo práctica a las siete. —No podía darse el lujo de llegar con resaca a un entrenamiento menos a semanas de un campeonato, el entrenador tendría sus huevos si lo hacía.
—Aburrido —él le hizo cosquillas y ella se retorció en su agarre, tenían una amistad con beneficios bastante buena, ninguno buscaba el compromiso de una relación. —Aún así deberías ir, será aburrido sin ti.
—Jennie, no me necesitas para divertirte —ella se giró hasta encararlo.
—Pero si para que espantes a los alfas tontos que se sobrepasen —él la vio con escepticismo.
—¿Solo quieres que vaya para utilizarme? —con su tono ofendido ella se río.
—¡Claro! necesito un alfa fuerte como tú —él se río pero su garganta se apretó al ser definido como un alfa fuerte, no era un alfa fuerte; sabía defenderse eso era diferente. Jenny entablo una conversación con los demás y él se distrajo dibujando formas en su cintura, siempre había tenido un complejo con los estereotipos de su casta -tal vez, porque no los cumples- le molestaba enojarse con facilidad y ser tan impulsivo, era repulsivo ser de esta forma y se llevaba muy mal con su lobo. Su animal interno era demasiado territorial para su gusto, y siempre estaba luchando contra ello. Tal vez, por eso le tenía algo de envidia a Min; él siempre lucía sereno y en control de todo, ni en su mejor intento podía ser como él.
