La habitación apestaba, era un olor tan sofocante que era un poco difícil respirar. Las feromonas de alfa volaban por toda la habitación y era un cuarto tan pequeño, un espacio tan reducido. Sentía su fuerte respiración, el sudor en su piel y la rab...
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En momentos como este, NamJoon deseaba ser un alfa.
Muchas cosas serían diferentes si él hubiera sido un alfa.
Sus padres y familia esperaban a un alfa.
Mientras crecía su padre se había emocionado enseñándole a jugar fútbol y básquetbol, contando anécdotas sobre sus conquistas, diciendo "Algún día tendrás un omega y tienes que aprender como tratarlo". Grande fue su sorpresa cuando tenía quince años y se presentó como omega.
La conmoción se extendió entre sus familiares y de repente era un extraño en su propia familia, todos lo trataban diferente, con delicadeza. Ya no quería jugar con él y con los que alguna vez se había relacionado se alejaron, teniendo miedo de dañarlo. Sus padres y Yoongi eran los que mejor habían tomado la noticia y lo alentaron a seguir con su vida, sin llegar a tratarlo diferente.
Pero él se sentía diferente.
Las burlas en la universidad, los abusos de los profesores, la angustia y el miedo por salir de noche, eran problemas con los que nunca pensó que tendría que lidiar.
Si, todo sería mejor si fuera un alfa.
Pero no lo era, era un jodido omega muy nervioso.
No sabía en que estaba pensando -o si estaba pensado- cuando aceptó la invitación de Jin a la fiesta de su hermana menor. En retrospectiva, no estaba pensando. Un puchero de aquellos hermosos befos y él estaba aceptando, como un autómata sin poder de decisión.
Jin lo había mirado con ojos grandes y suplicantes, diciendo "Vamos, Monnie voy a aburrirme solo" , y una sola mirada bonita le bastó para que él estuviera de acuerdo. Patético.
A él no le gustaban las fiestas y lo ruidosas que eran, pero aquí estaba de pie frente a la puerta.
La música resonaba, y las risas y otros sonidos traspasaban las paredes. Desde afuera la casa parecía cerca de reventar y no se sentía preparado para enfrentar lo que se encontraba adentro.
Tragó saliva, si fuera un alfa sería valiente y no tendría miedo de tocar la jodida puerta. Tratando de reunir el coraje suficiente, levantó el puño dispuesto a tocar, pero antes de que pudiera hacerlo la puerta se abrió y un cuerpo lo empujó hacia atrás.
—¡Monnie!, ¡Viniste! —Jin lo abrazó, haciendo que por el impacto diera un paso atrás. A pesar de la conmoción, él se relajó al sentir el cuerpo de Jin atraparlo en un abrazo y correspondió con entusiasmo. Jin era de las mejores personas que había llegado a su vida, y estaba tan agradecido por haberlo conocido. Llevó su nariz a la unión entre el hombro y el cuello de Jin, y se deleito con el delicioso aroma a vainilla. El rubio se separó lo suficiente para verlo y él sintió su corazón acelerarse cuando se inclinó y rozó sus narices en una suave caricia.
