Lucía Y Hugo. 33

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-Lucía, ¿has visto mi chaleco antibalas?
-¡No!
-¿Cómo que no?
Hugo me mira riéndose, sabe perfectamente que su chaleco antibalas lo tengo yo.
-Lucía dame el chaleco venga va.
Y yo sin pensármelo le tiro de la camiseta y le beso, quiero que esté conmigo y no se vaya.
Hugo me agarra de la cabeza y profundiza más el beso, el tampoco quiere soltarme.
-¡A la mierda el chaleco!
Hugo me coge en sus brazos y yo le rodeo la espalda con mis piernas, y ambos acabamos haciendo el amor en el sofá.
Un miedo me invade el cuerpo, no quería enamorarme pero mis sentimientos me han traicionado, y reconozco que me muero por él.
-Lucía ¿Tú tienes claros tus sentimientos?
-¿Por?
-Porque yo si los tengo muy claros.
Hugo me coge de la barbilla para que lo mire a la cara:
-¿Y cuál son tus sentimientos?
Aunque lo sé necesito que me lo diga.
-Pues que me muero por estar contigo, tener una vida contigo, vivir contigo, hacer el amor contigo y morirme contigo. ¡Te quiero Lucía!
Mi corazón amenaza con salirse por la boca, va a mil por hora.
-Yo también, pero tengo tanto miedo.
Hugo sonríe, en mi vida he visto una sonrisa tan radiante
-Lucí yo también, pero habrá que aprender juntos, ¿no?
Yo asiento con la cabeza, aunque el miedo me esté carcomiendo quiere seguir adelante con esto, y que sea lo que dios quiera.
He quedado con Daniela en el pub del pueblo, quiere contarme algo. Es increíble como en este tiempo hemos empezado a llevarnos tan bien.
-¡Hola Dani!
Ella me saluda con la mano, está guapísima como siempre pero se la ve súper pálida, y algo más delgada. Me acerco a ella y se siento en la barra justo a su lado.
-¿Estás bien Dani?
-Si, solo que, ¡estoy embarazada!
-¿De Alejandro?
-Si.
-¿Y él lo sabe?
-¡No!
Estoy impactada, a ver ya sabía que se había acostado con Alejandro, pero no contaba con esto.
-Daniela, sé que es tu vida y que yo no soy quién para meterme, pero deberías decírselo ya que es el padre del bebé.
-No te preocupes por darme este consejo, te considero amiga.
-Yo también.
-Sé que Alejandro se merece saber la verdad pero es que no tengo valor para hacerlo.
-Mira yo te entiendo, pero es que el chaval tiene todo el derecho de saberlo.
Terminamos de consumir nuestras copas, yo vino blanco y ella agua.
Llego a mi casa y me encuentro con Hugo dormido en el sofá.
Dejo mi bolso encima del aparador, y me acerco a Hugo tratando de despertarlo ligeramente.
-¡Hola preciosa!
-¡Hola precioso!
Hugo me coge y me tumba con él. Me tapa con la manta y apoya mi cabeza en su pecho, me da un besito en la frente y nos dormimos.
Estoy en la cocina haciendo el desayuno, mientras que Hugo está hablando por teléfono con Bermúdez.
-Lucía, tenemos que volver a la nave.
-¿Por qué?
-Porque Bermúdez quiere que lo hagamos, él piensa que esta vez si pueda haber algo que nos saque de este agujero negro en el que nos hemos metido.
Vamos al almacén, aunque Maxi esté muerto tenemos una orden judicial para poder entrar en ella.
Hugo rompe el candado de la puerta y entramos.
El sitio es oscuro pero pronto divisamos el interruptor de la luz.
El sitio es lo suficientemente grande, austero, y con un solo escritorio.
Empezamos a romper los cajones del escritorio, y dentro hay algunos documentos a nombre
de Gerardo Del Monte. Los documentos son de propiedad, tanto de la casa del embarcadero como la casa del pueblo. Y es entonces cuando empiezo a recordar que Daniela me dijo que le habían robado algunos documentos de su casa, supongo que son estos.
Yo cojo uno de los cajones y los vacío encima de la mesa del escritorio, hay un CD, y varios mapas.
cogemos todo y nos lo llevamos a casa. Una vez allí metemos el CD en el ordenador, y lo que vemos nos deja helados.
Se trata de la cámara de seguridad de la farola de la carretera que habían desaparecido.
Vemos como el coche en el que iban Félix y Gerardo iba a toda velocidad, sin rumbo fijo, hasta que alguien vestido de negro se baja de
un todo terreno y dispara en la luna del coche provocando que el que iba conduciendo se estrellara contra el asfalto.
Yo me levanto del sofá muy nerviosa con lo que acabo de ver.
Vale si, hemos visto el accidente pero no quién lo hizo.
Nos vamos para comisaría, pero como yo no me fío del comisario Rodríguez prefiero enviar el CD original a Bermúdez y nosotros quedarnos con una copia.

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