Lucía Y Hugo. (Vuelta A Isla Pancha) Capítulo 17

100 12 0
                                    

Volvemos a isla Pancha pero hay muchísima gente por las calles, se ve que hay una gran fiesta. ¿Que se celebrará? Estamos tan cansados que ya nos da igual absolutamente todo.
Nos metemos en el bar del pueblo el único que hay y, vemos a Daniela y a varias personas más.
Daniela se nos acerca y nos pregunta por su padre, yo le digo que no tenemos ninguna novedad ante un Hugo mudo y ante a una Daniela desilusionada.
Nos vamos para casa y, mientras que yo subo a mi habitación Hugo se queda en el jardín partiendo un poco de leña para encender la chimenea ya que hace muchísimo frío.
Hemos interrogado a todos los amigos y familiares de Gema y todos coinciden en que nunca han visto al chico con el que andaba, y que llevaba varios meses desaparecida sin ponerse en contacto con nadie.
La autopsia reveló que no fue forzada y que murió de una sobredosis, pero alguien le tuvo que dar esas pastillas, ¿no? ¿quién?
Cada día es mas difícil de entender, mientras que en el caso de Felix y Gerardo seguimos estando igual de verdes. El sospechoso sigue siendo Maxi pero tiene que haber alguien más con él, me niego a pensar que sólo él es quién anda metido en ese tipo de mundo.
Me meto en la cama con la intención de dormir toda la noche y quedarme anestesiada hasta mañana.
Son las cuatro de la mañana cuando escucho a Hugo gritar Deborah otra vez, así que me pongo la bata y bajo hasta donde él que se ha quedado dormido en el sofá.
Me acerco a él intentando despertarlo para llevarlo a su habitación.
-Tranquilo que soy yo. ¿Estás bien?
Hugo me sonríe y me agarra la cara con las dos manos y me besa, después me sube encima de él en el sofá, mientras que nos comemos sin descanso.
Me tira del pelo mientras mete su lengua más profundo en mi boca, y sin dejar de besarme se levanta y me da la mano para irnos para mi habitación.
Se tumba en mi cama y me coloca encima de él mientras que me vuelve a besar. Su boca explora la mía y yo me dejo hacer perdiendo de nuevo la batalla, ¿que tiene este hombre que me vuelve tan loca? Sus manos van directas a mis nalgas, las amasa gentilmente mientras que sigue besándome.
-Soy adicto a ti, ¡me vuelves loco!
Sus ojos se encienden cada vez más, mientras que yo le beso el cuello y cada vez más abajo hacia el pecado.
Le beso en el abdomen mientras que me agarra del pelo y tira de él, no me deja terminar porque vuelve a besarme.
Nos quedamos dormidos con mi cabeza posada en su pecho.
Cuando me despierto no veo a Hugo por ninguna parte, seguramente estará en la cocina preparando el desayuno; así que me doy prisa para vestirme y bajar.
Bajo las escaleras y ya huele a un delicioso café, y yo me muero de ganas por tomarme uno.
Cuando entro Hugo me mira y sonríe, ¡dios esa sonrisa es matadora!
-¡Buenos días! ¿Quieres un café?
Y yo asiento rápidamente desesperada, y Hugo eleva la comisura de su boca al ver mi emoción por el café.
-¡Toma aquí tienes! Espero que te guste.
-¡Gracias!
Un incómodo silencio ocupa el lugar, ninguno de los dos se atreve a comentar lo que pasó anoche, así que consumimos nuestro desayuno en un sepulcral silencio hasta que el sonido de un móvil nos saca de nuestros pensamientos.
-Entiendo Jefe, si no te preocupes, ya vamos a por él.
-¿Que pasa?
La cara de Hugo está descompuesta y no sabe qué decirme hasta que se arma de valor y me lo termina soltando.
-Con el chico que estaba tu amiga Gema es Maxi, se conocieron hará unos siete meses en una discoteca y al parecer era él quién le suministraba la droga. ¡Lo siento!
La cara me arde, me gustaría partirle la cara a Maxi y cortarle el pescuezo.
-¿Y como lo habéis sabido?
-Por las cámaras de seguridad de la discoteca.
-¿Y ahora que se supone que tenemos que hacer? Porque yo no me pienso quedar de brazos cruzados Hugo.
-Pues ahora tenemos que ir a por él e interrogarle, tenemos la comisaría del pueblo a nuestra disposición.
Salimos de la casa preparados para ir a por Maxi a su casa, tenemos la orden judicial para detenerlo y poderlo interrogar ya que nos va a tener que dar muchísimas explicaciones.
Varios agentes apuntan con sus reglamentarias hacia la casa de Maxi, quién sale por la puerta levantando las manos y con cara somnolienta, el pobre se acaba de despertar.
-¿Otra vez vosotros?
Se cruza de brazos enarcando una ceja, me llama la atención su pasividad como si la cosa no fuera con él.
-Maxi Del Hoyo quedas detenido como sospechoso por la muerte de Gema Vázquez Peralta. Tienes derecho a un abogado y todo lo que digas puede ser utilizado en su contra.
Hugo dice todo eso mientras le coloca las esposas ante un asustado Maxi, no contaba con esta detención y está muy cabreado.
Lo llevamos a la comisaría del pueblo y allí empezamos a interrogarlo.
-¿Que tipo de relación tenían usted y la señorita Vázquez?
Maxi lo piensa y titubea entrecerrando los ojos mientras cruza los dedos entre sí.
-Gema y yo éramos amigos y nos veíamos de vez en cuando. A ver, es cierto que hemos echado algún que otro polvo pero hasta ahí, no hubo más. Jamás le prometí una familia ni casarnos ni nada por el estilo.
-¿Usted le suministraba alguna droga?
Maxi sonríe ante mi pregunta y me contesta:
- A ver preciosa...
Hugo se tensa ante la actitud de Maxi conmigo.
-Limítate a contestar a mi compañera. Usted le suministraba alguna droga, ¿si o no?
-¡No! Gema era una Yonqui, le gustaba el caballo. Es cierto que alguna vez consumimos juntos, pero era porque ella me invitaba.
-Vamos, que la estás culpando a ella de algo que seguramente tú tienes la culpa.
-Tranquilo poli. Te equivocas, yo no tengo nada que ver en las decisiones nada acertadas de Gema. Porque una cosa es consumir con responsabilidad y otra abusar, que era lo que ella hacía.
Maxi demuestra una frialdad abrumadora, ahora mismo me está revolviendo el estómago teniendo una imperiosa necesidad de vomitar.
Debo tratar de calmarme y no demostrarle a este ser el asco que me está reproduciendo.
El comisario Rodríguez entra en el cuartillo donde estamos interrogando a Maxi.
-Porfavor, ¿podéis salir? Tengo que hablar con vosotros.
Nosotros salimos y el comisario nos dice que hay que soltar a Maxi porque no tenemos ninguna prueba más que la cámara de seguridad de aquella discoteca, eso no demuestra nada, simplemente son dos personas que se estaban demostrando un gran afecto nada más.
Con todo el dolor de mi corazón tenemos que soltar a Maxi, mientras que él me guiña el ojo y se va riéndose, ¡cabrón!

Una isla de dudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora