𝖳𝖾𝖺𝖼𝗁𝖾𝗋'𝗌 𝖯𝖾𝗍 ;; 𝗟𝗲𝗲 𝗛𝗲𝗲𝘀𝗲𝘂𝗻𝗴 ✔︎

𝖮11.

11. Regreso

El tiempo había pasado y era momento de regresar a Seúl, pero algo era diferente, ya no regresaría como Heeseung, el tutor.

No le mentí a Siwol cuando le dije que le había dicho a su padre lo que sucedió entre Hajin y yo, sin embargo sí mentí respecto a la razón de la decisión de irme. Yo debía ir a cuidar a Sunoo y tenía una deuda que pagar.

Siempre tuve como objetivo conseguir dinero para pagar el tratamiento de mi hermano, pero a veces no lo conseguía de una buena manera y eso me trajo problemas en inglaterra, razón principal por la cual decidí alejarme y llevar a mi padre allá, pues al hacerlo conseguía tiempo para pagarle a aquellas personas a las que les debía tanto dinero.

Llegue a la casa de Siwol con el único objetivo de ganar mucho dinero a toda costa, y eso hacía en un principio, pues solía chantajear a la madre de Jay o a Hajin para que me dieran dinero a cambio del silencio de ciertas cosas que llegaba a descubrir, todo estaba yendo muy bien hasta que los sentimientos empezaron a ser un inconveniente y uno muy grande. Sentía que si aceptaba dinero de la familia de Siwol, yo le estaba fallando y siendo honesto, la apreciaba demasiado como para decepcionar la por el dinero, así que deje de hacerlo.

Al dejar de ser un aprovechador y concentrarme en Siwol, yo olvidé mi objetivo y por poco casi rompo mi mayor regla. No podía pasar ni un minuto con Siwol sin desearla y eso me estaba consumiendo poco a poco desde mi interior. Yo debía alejarme.

Entonces, le conté al señor Kwon sobre lo mío y Hajin para que así me despidiera y tuviera una excusa que darle a Siwol, sin embargo Sunoo empeoró y yo debía hacerme cargo de eso ya que mi padre nunca supo como hacerlo y el señor Kwon se entero de eso, así que decidió "ayudarme".

Él no me despidió, al contrario, me dijo que podía mantener mi trabajo y que también pagaría mi deuda en el hospital donde estaba Sunoo, pero a cambio yo debía hacer algo por él y aunque no estaba de acuerdo, acepté.

Así que, me fui, y le prometí volver en cuanto este preparado, así que eso hice, regresé a Seúl.

—¿Y cómo has estado? —me preguntó Jay, con una sonrisa, conduciendo el auto en dirección a la mansión.

Tenía todas mis cosas y mis maletas atrás en el auto, mi cuerpo al lado de mi amigo y mi mente en alguien más, solo habían pasado unos minutos desde que había regresado a Seúl y ya estaba pensando en ella.

Me preguntaba si estaba bien, si había cambiado o si seguía siendo la misma chica inmadura que conocí. Me preguntaba demasiadas cosas y no obtendría respuesta a menos que se las haga a ella personalmente.

—Bien —respondí con una sonrisa—, no perfectamente bien, pero creo que en una escala del cero al diez, el número sería un cuatro.

—Entonces has estado una mierda —bromeó, yo reí ante su comentario—. ¿Sunoo está más estable?