𝖳𝖾𝖺𝖼𝗁𝖾𝗋'𝗌 𝖯𝖾𝗍 ;; 𝗟𝗲𝗲 𝗛𝗲𝗲𝘀𝗲𝘂𝗻𝗴 ✔︎

𝖮39.

39. Siwol

Maratón 7/7 *ya sé que es bastante tarde esto*

Quería olvidar.

Olvidar lo malo. Olvidar el hecho de que toda mi vida me lastimaron.

Quería olvidar los problemas de autoestima que tuve y las veces en las que me lastimé a mi misma por eso. Quería olvidar las diferencias con mis padres y el hecho de que me engañaron. Quería olvidar el hecho de que pase muchos años oculta, viendo mi vida pasar a través de una ventana y sintiendome miserable.

Quería olvidar su mirada perversa y su maliciosa risa mientras me tocaba. Quería olvidar el como me tiró al suelo y me obligó a verlo mientras lo hacía. Quería olvidar su agresividad. Quería olvidarlo todo; sin embargo, cada vez que cerraba los ojos, aquella noche se repetía en mi mente como una película, una y otra vez, recordandome lo miserable que era.

Aquello, era algo que sabía viviría en mí para siempre, que nada ni nadie podría cambiar eso, ni siquiera Heeseung. Quizás por eso intentaba olvidarlo con él y el sexo, porque simplemente ya no quería recordar. Y sabía que Heeseung solo quería lo mejor para mí; pero yo no sabía que era lo mejor para mí en ese momento y lo detestaba. Lo destestaba porque no era justo para nosotros. Lo único que siempre había querido era estar con él y en el momento en el que estamos juntos mi corazón se cierra y mi mente me obliga a ser distante.

A veces me sorprendía la paciencia que Heeseung me tenía, pues a pesar de todo, él nunca me dejo sola, ni siquiera cuando se lo pedía.

Quería olvidar el dolor, ese que sentía cada vez que tenía a mi lado a Heeseung. Quería olvidar el sufrimiento que me acompañaba siempre en los mejores momentos. Solo quería olvidar, ¿era eso tan difícil de conseguir?

Ya no me sentía yo misma. Me sentía una simple espectadora en mi propia vida, un alma vacia sin nada que ofrecer. Me sentía mal y deseaba cambiarlo.

Fue por eso que decidí tomarme un tiempo con todos, con mi familia, amigos y Heeseung y opté por experimentar la vida de adulta yo misma, sin guardaespaldas que me siguieran, o padres estrictos que me protegieran. Necesitaba estar sola, mejorar sola y salir adelante sola. Por suerte todos lo entendieron y me apoyaron en eso.

—¿Usted cree que es algo malo? —le pregunté expectante, esperando a que me dijera que no era algo necesariamente malo, aunque, en mi interior sabía cual era la respuesta.

—¿El querer olvidar momentos de conflicto que atravesaste en el pasado incitando tu novio a que tengan sexo?

Miré a la doctora Hong, aquella que me había estado tratando desde hacia varios años, totalmente avergonzada. Sí, era estupido y malo.

Ella era la única que conocía con profundidad mis pensamientos y emociones y estaba agradecida de que no se los contara a nadie nunca. Y sí, era su trabajo, pero yo la consideraba una amiga en la que podía confiar.