𝖮22. 𝖠

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22A. ¡Lo siento!

Dos días habían pasado desde mi repentino encuentro con Heeseung

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Dos días habían pasado desde mi repentino encuentro con Heeseung. En esos dos días yo no había dejado de pensar en él y en cómo estaba siendo su vida, aunque por lo poco que vi con sus amigos, asumí que le estaba yendo bien. Sin embargo, tenía el presentimiento que lo que asumía era incorrecto.

Desperté por el repentino ruido que se empezó a oír en mi habitación. Una voz femenina muy aguda, parecida a la de una pequeña, se hizo presente de repente. Aquella dulce pero irritante voz decía cosas que me confundieron bastante, por lo que abrí mis ojos para saber de quien se trataba.

Frente a mí, sentada en el borde de la cama, había una niña de más o menos ocho años. Su piel era pálida, su rostro pequeño y sus mejillas resaltaban debido a lo rosa que estaban, su cabello corto, lacio y negro y el vestido que tenía puesto era de color lila. La niña no sabía que yo la observaba, así que seguía emitiendo ruidos muy extraños con su boca.

¿Una niña en la mansión? Era imposible, nadie en la familia tenía a una pequeña bajo su cuidado.

¿Acaso mi padre tuvo otra aventura? ¡No, era imposible! No podía ser eso, debía haber otra razón.

—¡Por fin has despertado! —exclamó la pequeña, de repente, sorprendiéndome y haciendo que dedique toda mi atención a ella—. ¿Sabe hace cuanto estoy esperando por verla despierta, princesa Siwol?

¿Princesa Siwol? ¿Por qué me llamaba así?

—¿Quién eres tú? —pregunté confundida, apoyándome en la cama con mis codos.

La pequeña desconocida se levanto de la cama en un brinco y luego se dirigió a la mesita de noche que estaba a mi costado izquierdo para quedar frente a mí.

—Soy Yun, princesa Siwol.

—Ya veo. Un gusto Yun —dije y quite las mantas que cubrían mi cuerpo para levantarme—. Yo soy Siwol, pero veo que eso ya lo sabes.

Asintió con una sonrisa, —Mi padre me habló de usted. Es muy linda, ¿lo sabía? Igual que una princesa.

—Pero no lo soy. No soy una princesa, Yun. No vivo en un castillo, no soy de la realeza y no tengo una tiara o corona.

—Los tiempos cambian. No necesita algo de eso para serlo. Usted ya tiene el dinero, la belleza y el aspecto de una.

La miré con cierto disgusto y me acerque a la puerta para invitarla a irse de mi habitación. No era que no me gustaran los pequeños, era solo que nunca sabía que decirles y con mi poca paciencia, siempre solían irritarme.

—Ajá, ¿Y puedo saber quién es tu padre?

Ella negó con la cabeza y me mostró una amplia sonrisa para después correr hacia la puerta.

—Bien, entonces...

Abrí la puerta de mi habitación y desde el pasillo grite lo siguiente:

—¿Alguien aquí ha perdido a una niña? ¡Hay una pequeña en mi habitación!

𝖳𝖾𝖺𝖼𝗁𝖾𝗋'𝗌 𝖯𝖾𝗍 ;; 𝗟𝗲𝗲 𝗛𝗲𝗲𝘀𝗲𝘂𝗻𝗴 ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora