𝖳𝖾𝖺𝖼𝗁𝖾𝗋'𝗌 𝖯𝖾𝗍 ;; 𝗟𝗲𝗲 𝗛𝗲𝗲𝘀𝗲𝘂𝗻𝗴 ✔︎

𝖮38.

38. Siwol

Maratón 6/7

Habían pasado varias semanas desde que Siwol y yo fuimos dados de alta. En todos esas semanas, yo había estado al lado de ella. No quería dejarla sola en un momento como ese y accedí pasar algunas noches en su casa.

Al principio creí que las cosas serían más sencillas de lo que eran, pero luego de dos noches de haberla escuchado gritar por sus pesadillas, entendí que no sería así. Con el paso de los días, las pesadillas se volvían más constantes e intensas, lo que me inquietaba debido a que Siwol no estaba tranquila. Ella lloraba, pataleaba y pedía ayuda en sus sueños, tanto era el miedo que incluso llegaba a lastimarse inconscientemente. No me gustaba verlo, por eso la detenía. Intentaba mantenerme despierto lo más que pudiera para tranquilizarla cada vez que sucediera y de esa manera hacer que ella descansara.

Eran apenas la una de la mañana. Me encontraba en la habitación del tercer piso, echado al lado de Siwol, acariciando su cabello e intentando no dormirme. Sus padres estaban de viaje y llegarían temprano por la mañana, Jay y Jaejin dormían un piso más abajo y Sunoo con Jihoon habían salido a algún lugar del cual aún no regresaban. Todo en la mansión era silencioso. Incluso se oía con claridad algunos autos que pasaban cerca de la avenida.

De pronto, el cuerpo de Siwol se encogió, sus manos subieron a su cabeza y sus gritos se hicieron presentes. Sus manos golpeaban repetidamente su cabeza, con fuerza y sus gritos eran desgarradores, como si estuvera siendo lastimada.

Yo me incliné sobre la cama y sujeté con fuerza ambas manos para impedir que se lastimara mientras le repetía que todo estaba bien.

—Siwol, despierta, soy yo...

Ella seguía con los ojos cerrados.

—Amor, mirame, todo está bien... todo esta bien...

Cada vez que la veía así no podía evitar sentirme mal. Era imposible no hacerlo cuando veías que la persona que amas estaba sufriendo tanto. Quería detenerlo, ayudarla en eso, pero no podía, no sabía cómo.

—Siwol, por favor, abre los ojos, despierta... todo esta bien, yo estoy aquí...

Luego de unos segundos, Siwol abrió sus ojos y detuvo sus gritos y golpes de inmediato. Ella me miró, asustada, y luego me abrazó con fuerza, aferrándose a mi cuerpo.

—Soñé que estaba aquí... —mencionó aterrada—. En mi habitación, lastimandome. Lastimandonos.

—Todo esta bien, amor —dije con voz dulce para tranquilizarla, acariciando su espalda—. No tienes que preocuparte de nada. Yo estoy aquí, te aseguro que puedes estar tranquila.

—Estaba aterrada, Heeseung —confesó, aún temblando—. Creí que moriría.

—Solo fue un mal sueño. Recuestate, haré que duermas otra vez...