𝖳𝖾𝖺𝖼𝗁𝖾𝗋'𝗌 𝖯𝖾𝗍 ;; 𝗟𝗲𝗲 𝗛𝗲𝗲𝘀𝗲𝘂𝗻𝗴 ✔︎

𝖮27. 𝖠

27A. Decepción

Cuando vi la expresión de Jay cambiar de alegria a uno lleno de preocupación y angustia total rápidamente, solo me tomó cuatro segundos entender que algo había sucedido. Él se levantó de su asiento de inmediato, pero yo tenía miedo de dar vuelta y encontrarme con una escena desgarradora, así que tardé más en hacerlo, pero cuando lo hice y vi a Siwol tirada al borde de la pista y el cuerpo inconsciente de Jaejin repleto de sangre salí de la cafetería.

Llevamos ambas al hospital mientras que el señor Roh, que justo ese dia estuvo con su familia, junto a todo el equipo de seguridad, empezó a investigar quien podría haber sido la persona perpetró el ataque.

Me encontraba en la sala de espera junto a Jay y Sunoo, quien había llegado luego de haber visto las noticias, sumamente angustiados y ansiosos por lo que los doctores tendrían para decir sobre Jaejin una vez que su cirugía acabara. Yo estaba preocupado, no me agradaba la idea de que Siwol perdiera a su amiga, Sunoo estaba cómo apoyo. Sin embargo, Jay, él parecía estar sintiéndose de mil maneras en ese momento, ansioso, preocupado, abatido, confundido, conmocionado, impresionado y tenía sentido, pues la chica que estaba en cirugía era la chica que me había confesado que le gustaba.

—¿Y que pasa si la cirugía sale mal y ella no lo logra? —preguntó mi muy inoportuno hermano.

Jay miró a Sunoo abatido y soltó una ligera lágrima. Por mi parte, recibió un fuerte golpe en su brazo derecho para que se quedara en silencio.

—¡Oye! —se quejó, con el ceño fruncido.

—Quédate callado o ya verás, Sunoo.

Me acerqué a Jay y di ligeras palmadas en su espalda.

—Oye, tranquilo, todo va a salir bien... ya lo verás...

Jay negó con su cabeza, —No lo entiendes, Heeseung. Yo siempre la he tratado mal, todo por mi desconfianza y ahora ella está ahí dentro luchando por su vida por haber salvado la de Siwol.

Era cierto.

Jaejin tenía varias fracturas en sus huesos y una lesión en su cerebro grave de la cual ni Jay ni yo queríamos contarle a Siwol, pues sabíamos que se preocuparía demasiado y eso no era bueno para ella ya que seguía alterada por toda la situación.

—No te sirve de nada lamentarte.

—Pero lo hago. Ahora mismo no hago otra cosa más que pensar en mi última conversación con ella. Lamento haber sido un estúpido con ella.

—Descuida, todo saldrá bien.

Escuchamos unos pasos aproximarse a donde estábamos y giramos nuestras cabezas para conocer de quien se trataba. El señor Roh tenía un semblante de obvia decepción.

—¿Contactó a su familia? —cuestionó Jay, expectante.

—Lo lamento joven. Su padre dijo que no vendrá.