[22. Malentendido]

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Al día siguiente

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Al día siguiente.

Loki despertó lentamente, parpadeando varias veces para acostumbrarse a la luz del día, fue entonces cuando encontró el lado de su cama vacío y eso lo hizo sentarse de golpe, frunciendo el ceño con una mezcla de confusión y temor al mismo tiempo.

¿Acaso la noche anterior había sido un sueño?

Observó a su alrededor, sus ropas no estaban en el suelo, estaban perfectamente dobladas en un sillón cercano a su cama, como siempre acostumbraba dejarlas con su magia.

Pero, si el mismo sintió su cuerpo sus caricias y sus gemidos.

¿Acaso ya había perdido totalmente la cabeza como para imaginar eso?

No, no era posible.

El sabía que la noche anterior había sido real, podía asegurarlo en su totalidad.

Eso significaba que ella se había marchado... Pero, ¿por qué?

Se apresuró a vestirse, importándole muy poco dejar su habitación desorganizada, lo único que deseaba era una explicación del por qué había huido de esa forma.

Salió de la habitación a paso veloz, buscando entre pasillo a pasillo una cabellera castaña familiar para él, o incluso a alguno de los invitados de anoche, para que así pudieran ayudarle a encontrar a la Stark. Pero para su mala suerte, no encontraba a ninguno, haciéndole pensar que tal vez ya se habían marchado a la tierra y él no lo había notado por estar dormido.

Al cabo de unos largos minutos, logró finalmente encontrar a su hermano, quien estaba junto a Peter en la entrada del palacio.

—Oigan, chicos —los llamó, captando su atención— ¿No han visto a ___?

—En frente de usted, señor Loki.

El pelinegro alzó la mirada, encontrando a la ojicafé junto a Strange hablando animadamente, al mismo tiempo que uno de sus portales se encontraba abierto detrás de ellos, indicando así que el hechicero ya se marchaba a su respectivo hogar también.

Se dieron un beso en la mejilla, un cálido abrazo y una mirada llena de un sentimiento que el dios del engaño no pudo explicar, sólo sabía que transmitía calidad, hogar y tal vez amor.

Aunque tal vez no la clase de amor que pensaba, más bien, era un amor de familia, de agradecimiento.

Aún así, no podía evitar sentirse raro ante ello, no estaba acostumbrada a ver a su esposa actuando de esa manera con otro hombre que no fuera su hermano.

Después, el portal se cerró, haciendo que la mujer se girara sobre sus talones para entrar nuevamente al palacio, así que el ojiazul volvió a dirigirse a sus dos acompañantes.

—¿Podrían dejarnos a solas un momento?

Thor le arqueó una ceja.

—Bien, sólo no vayas a discutir desde temprano, hermano.

Los dos hombres se alejaron, así inmediatamente ella notó la presencia de su esposo en el lugar, éste tenía la mirada seria, una ceja arqueada, una pose erguida y los brazos cruzados.

No era una muy buena señal.

—¿Qué te sucede, Loki?

Él respiró profundo, pensando bien en sus palabras antes de hablar, para evitar crear un alboroto que tal vez no era necesario.

—¿Por qué te fuiste de ese modo?

—¿A qué modo te refieres? —devolvió la pregunta confundida.

Ambos comenzaron a caminar por el palacio de forma lenta, ella mantenía las manos entrelazadas, él los brazos cruzados, ella una mirada serena, él una llena de miedo, era totalmente visible que cada uno pensaba cosas diferentes.

—Dejaste todo en su lugar, como si nada hubiera pasado, es como si hubieras querido pensar que nada de eso sucedió en realidad, o al menos así lo sentí yo.

Ella detuvo sus pasos, girando su cuerpo para encararlo, esta vez tenía los brazos cruzados.

—¿Acaso creíste que huí?

—Bueno, sinceramente sí.

La castaña suspiró, apartando la vista hacia un lado mientras negaba con la cabeza, después esbozó una sonrisa, pero no cualquier sonrisa, era aquella que reflejaba la decepción que sentía en ese momento.

—En verdad te creaste una pésima imagen de mí, ¿no lo crees?

—¿Qué?

—No huí como tu piensas, sólamente fui a ayudar a tu hermano a despedir a nuestros invitados. —murmuró con los labios apretados— Y no dejé todo como si no hubiera deseado que sucediera, sé que odias el desorden al despertar, por eso me encargué de dejar tu ropa como acostumbras.

—No lo has olvidado.

—Jamás lo olvidaría, incluso cuando perdí la memoria, seguías levantándote a la madrugada para organizar nuestra ropa.

Loki sonrió de medio lado, pero ella no sonrió, por lo cual la suya se borró al instante.

—Lo siento, no quería que te sintieras culpable por haber malentendido la situación.

La Stark se mordió la mejilla internamente, para después fingir la mejor de sus sonrisas, lo cual no funcionó muy bien, ya que sus palabras iban en sentido contrario.

—De acuerdo, no puedo esperar que confíes en mí de la noche a la mañana.

—¿Cómo dices? —frunció el ceño.

La ojicafé carraspeó la garganta, volviendo a girarse para seguir caminando, esta vez un poco más rápido.

—No importa, mejor vayamos a desayunar.


Siempre volveremos [loki y tú - temporada final]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora