[14. Tiempo de calidad]

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Al día siguiente

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Al día siguiente.

Sabía que habían discutido.

Los reproches de su hermano en una habitación y los lloriqueos de la Stark en la otra no eran por casualidad.

Tocó tres veces la puerta de su mejor amiga, respirando profundo, a la vez que acomodaba sus prendas asgardianas, esperando una respuesta por su parte, sin embargo, lo que recibió fue que ésta abriera la puerta por su cuenta para salir. Lo primero que pudo notar fue sus ojos levemente hinchados, su nariz rojiza y un rostro que detallaba que no había pasado una buena noche, aún así, ella se esmeraba en dedicarle una bonita sonrisa.

—Buen día, seductor señor del trueno.

El apodo le sacó una risita, por lo cual se apresuró a abrazarla por el hombro para así comenzar a caminar al gran comedor.

—Luces algo cansada, ¿qué sucedió anoche?

—Loki y yo tuvimos otra discusión. —soltó un suspiro.

—Lo lamento. Tal vez sólo sea cuestión de que las aguas se calmen, todo sigue muy reciente para él.

—No creo que sea tan sencillo, Thor. —frunció los labios— Está cegado por el resentimiento, es casi imposible hablar con él, es como si es tuviera conversando con una pared.

—Lo entiendo, es complicado.

Ella asintió, levantando la cabeza, encontrando así al motivo de su desvelo de anoche sentado en la mesa real con un gesto de cansancio.

Tampoco había podido conciliar el sueño.

Ambos se sentaron en un notable y tenso silencio, mientras llegaban las cocineras.

—Buen día, hermano. —saludó Thor de forma lenta.

—Buen día.

Su mirada se fijó en la mujer, quien no era capaz siquiera de mirarlo a los ojos, pudo notar que así como el, había llorado durante un largo rato, debido a sus crueles palabras de la noche anterior.

Por un lado, estaba arrepentido de haberle dicho egoísta.

Pero por otro, sentía mucha ira todavía por todo el asunto.

¿Qué se supone que debía hacer?

Fue sacado de sus pensamientos por la voz del rey de Asgard.

—Gracias por ayudarme con mis deberes hoy.

—No es nada, mereces un descanso.

—Y qué mejor descanso que con la mejor amiga del mundo. —dijo esté, sonriéndole a la mujer que estaba a un lado de él.

La mencionada lo miró con una sonrisa leve, hasta que las mucamas llegaron y se dispusieron a comer.

El desayuno se basó en una conversación de los hermanos acerca del reino, mientras la chica escuchaba con atención, sin tener mucho que decir en realidad, no es que le apeteciera hablar. Aquello no pasó desapercibido para su esposo, quien la miraba de reojo en distintos momentos, expectante de todos sus movimientos, gestos y detalles mínimos en ella.

Seguía siendo hermosamente elegante para todo.

Seguía teniendo esa forma de mover los labios al masticar, al igual que su manía de levantar el meñique cuando toma un vaso.

Seguía teniendo todas esas pequeñas cosas por las que se enamoró de ella.

Y especialmente, él seguía enamorado de esa hermosa mujer.

Pero su ira y dolor estaban ocultando ese amor.

En determinado momento, observó como ésta se levantó de la mesa repentinamente junto a su hermano, limpiando su boca con la servilleta.

—¿Estás listo?

—Totalmente. —la achuchó con dulzura— ¡Tiempo de calidad de mejores amigos!

Ella arrugó la nariz con ternura, abrazándolo por la cintura.

—Nos vemos después, hermano.

—Qué te diviertas.

Los esposos se miraron unos segundos, antes de que ella apartara su vista con tristeza.

Cuando el pelinegro estuvo solo, se permitió cubrirse el rostro con las manos.

¿Qué debía hacer con esta situación?

...

U

n rato después.

El viento revoloteando su cabello.

El agua acariciando sus pies.

Las risas llenas de diversión de Thor.

El olor a uvas en los baldes para preparar vino.

Todo era tan familiar, era tan relajante.

Cuánto lo extrañaba...

—¡Reacciona, Stark! —exclamó Thor, lanzándole agua.

—¡Ay!

Después de montar a caballo, ambos terminaron en un lago un poco lejano del palacio, e importándoles muy poco mojar sus prendas, decidieron meterse en él.

—¿Te estás divirtiendo?

—Por supuesto, no sabes cuánto extrañaba esto. —contestó con un gesto de dulzura.

Thor sonrió, para después levantarla por las piernas y hundirla en el agua después de un chapuzón, causando que volviera a la superficie totalmente empapada.

—¡Me las vas a pagar, beach boy!

Con su poder de hidroquinesis creó un remolino de agua que absorbió a Thor de forma que quedó de cabeza, mostrando sus shorts de truenos y causando una escandalosa risa por parte de la castaña.

—¡Muy bien, lady ___! ¡Esto es la guerra!

Siempre volveremos [loki y tú - temporada final]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora