[07. El merecido perdón]

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Complejo de los vengadores, unas horas después

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Complejo de los vengadores, unas horas después.

Pepper regó un poco de agua en su pantalón, debido a su temblor de manos constantes, ya que había recibido la noticia de que la joven Stark estaba realmente viva.

—¿Cómo ha sido posible? —preguntó Sam, pasándose una mano por el rostro.

—La pregunta es, sí sabíamos que había una posibilidad de que sobreviviera, ¿por qué no volvimos para asegurarnos? —dijo Bruce, ajustándose las gafas.

Steve se revolvió el cabello, soltando un resoplido.

—Fui muy rudo con ella, no lo merecía.

—¿Por qué no interferiste? —murmuró Bucky, mirando a Nat.

—No sabía como reaccionar, debí detenerlo, lo siento.

—¿Qué hay de Loki y Thor? Ellos deben saberlo.

—Mientras estén en Asgard no podemos contactar con ellos, y no sabemos cuándo volverán.

—Se llevaron a Peter, no tardarán mucho en volver. —irrumpió Wanda.

Todos los vengadores observaron a Pepper, quien aún no había musitado palabra alguna, tenía una lágrima descendiendo por su mejilla y parecía perdida.

—¿Pepper?

Simplemente, no salía de su asombro, pero a diferencia de los individuos que fueron a visitarla para recalcarle su error, ella la entendió en todo sentido.

Tenía miedo, miedo de perder a sus amigos, sólo hizo lo que creyó correcto.

No pueden culparla por eso.

Era lo mismo que Tony hubiera hecho.

Repentinamente se llenó de seguridad, levantándose del asiento y levantando el mentón.

—¿Dónde está ella?

—No creo que quiera vernos después de...

—No hables en plural, no quiere verte a ti, Steve. —interrumpió en un siseo.

El capitán apretó los labios, bajando la mirada, mientras la mujer se giraba hacia la espía y volvía a preguntar.

—¿Dónde está ella?

Calle Bleecker 177A.

Luego, se giró hacia Rhodes.

—¿Quieres acompañarme?

—Por supuesto, vamos.

Él se levantó, para que así ambos se dirigieran a la salida, pero antes de hacerlo, Pepper se giró a verlos a todos con una expresión de leve molestia.

—Esta mujer ha dado todo por nosotros, a algunos de ustedes les ha perdonado las cagadas más grandes de la vida, incluso cuando no lo merecían, ¿y ustedes serían capaces de darle la espalda? —espetó en un tono serio— ___ no es una persona egoísta, ella nos ama, y todo lo hace con un propósito. Sé que esto nos causó dolor a todos, pero ahora sabemos la razón, y lo que podemos hacer es apoyarla, como ella siempre hizo con nosotros. Recapaciten.

Sin permitir que dijeran alguna otra palabra, salió del lugar, dejando a tosos con un gran arrepentimiento.

...

Un rato después.

Strange le brindó una sonrisa a la joven Stark cuando vio como ésta ejercía su magia a la perfección.

—Has mejorado.

—Tengo un buen entrenador. —contestó mirándolo con una sonrisa— Por mucho tiempo pensé que estos poderes serían una carga, pero tú me has enseñado a usarlos para el bien, gracias.

—Es un placer.

Ella continuó levitando en el aire, mientras concentraba en sus manos una ráfaga de fuego para lanzarla hacia la pared, pero antes de que pudiera hacerlo, el sonido de la puerta abriéndose interrumpió.

—¿Quién viene a esta hora?

—No lo sé, vamos a ver.

Ambos levitaron hacia la escalera, encontrándose ahí nuevamente la gran sorpresa de dos visitantes.

—¿Pepper? ¿Rhodey? —musitó la castaña en un hilo de voz.

Ambos individuos fijaron su mirada en ella, y a comparación con sus anteriores visitantes, ellos sonrieron con lágrimas en los ojos.

—___...

Apenas sus pies tocaron el suelo, los cariñosos de brazos de aquellas personas la rodearon, haciendo así automáticamente que ella también los abrazara.

Cómo extrañaba ese amor tan familiar.

A esas personas que conocía desde que era una niña.

Dios, cuánto los había extrañado.

—Y-yo lo lamento muchísim...

—No, pequeña. —irrumpió Rhodes en cuánto se separaron— No debes disculparte con nosotros, ya sabemos tus verdaderas intenciones.

La ojicafé fijó su vista en la novia de su padre.

—Te extrañé mucho, mi niña. Estás bellísima. —comentó, acariciando su rostro.

De forma cautelosa, Stephen se acercó a ellos, brindándoles un leve asentimiento como saludo.

—Gracias por cuidar de ella, doctor.

—Por favor, no me agradezcan, lo hice con el corazón.

Unos largos minutos después entre un silencio, Potts volvió a hablar.

—Puedes contar con nosotros, linda. Estamos aquí para ayudarte, somos tu familia.

—No podría perdonarme si algo les pasa, es por eso que estoy aquí.

—Somos fuertes mientras estemos unidos. —hablaron al unísono, sosteniendo sus manos.

La mujer suspiró profundo, mirando al hechicero, quien le dio la señal de que estaba de acuerdo con ellos.

—Está bien, creo que es momento de volver.

—Y momento de tu merecido perdón.

Siempre volveremos [loki y tú - temporada final]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora