¿Alguna vez has pensado que se siente conducir un auto de competencia?
Conducir un auto a toda velocidad presionando con todas tus fuerzas el acelerador aun cuando sabes que no vas a ganar porque ni siquiera sabes conducir pero es tan divertido que no importa, nada importa porque de todos modos lo único que vale la pena es ese sentimiento. Así era como se sentía Jiyong en plena reunión con sus amigos en secundario, mismos que formaron parte de su vida durante la universidad, mismos que vivieron sus romances, fallos, escapadas, borracheras y por supuesto, su mítica relación con Kim Jongwoon.
Los recuerdos de la época secundaria cuando la vida era mucho más fácil porque solo tenías que preocuparte de encajar en un buen grupo de amigos, mantener notas aceptables y vivir la vida lo más que pudieras iban y venían constantemente por la mente de Jiyong, sobretodo ese último día durante la fiesta de graduación, cuando se metió con sus cinco fieles amigos a una casa con piscina que se encontraba a solas en uno de los suburbios de la ciudad, solo para beber, fumar, bailar canciones de Cher o Mariah Carey o hacer cualquier cosa juvenil de la que debería estarse arrepintiendo en ese momento pero en realidad extrañaba.
Porque ahí estaba Kwon Jiyong 10 años después a sus 33 años frente a una calle transitada de Seúl vestido con un gran traje naranja que era dos tallas más grandes que la suya con un gigante cartel rojo en manos que invitaba a las personas a ingresar a un gran edificio de espejos a su costados y recibir "consejos de inversión e impuestos", algo demasiado vergonzoso aunque digno, pero sinceramente no era exactamente para lo que estaba preparado a vivir cuando tenía sus 20 años y profesaba lo bien que le iba a ir en la vida o lo organizado que tenía todo.
Y aunque para Jiyong, aquellos auriculares negros con orejas de gato fluorescentes le daban mayor confianza, para el resto de los transeúntes solo lo convertían en el centro de atención de la avenida. Pero al menos esa confianza tendría que retenerla y arrastra lo más que pudiera porque justo ese día era el encuentro con sus amigos de la juventud, aquellos con los que no se reunía desde hace al menos un año.
—¡CHICOS! —Jiyong alzó la voz al otro lado de la calle, mirando hacia los lados para evitar tropezar durante el cambio de luz del semáforo.
—Jiyong, llegas tarde. —Respondió Dara, una de las amigas que había cambiado su drástico look emo por algo mucho más elegante o al menos eso creía Jiyong.
—¡Lo siento! No quise llegar tarde. —Jiyong soltó un suspiro pesado llevándose la mano a la cabeza mientras aplastaba los mechones de cabello. —No creí que querrían que trabajara hasta las 6pm, este trabajo es un asco. —Explicó Jiyong de mala gana soltando un liberador suspiro.
—¿Aún trabajas en eso de las señales para consejos de impuestos? —Preguntó el más bajo. Youngbae, el mejor amigo de Jiyong durante la secundaria y un apuesto cirujano pediátrico que por supuesto mantenía su elegante bata blanca aun en la reunión con sus amigos.
—Sí, quiero decir... Todavía no sé exactamente qué clase de terapia quiero hacer. —La incomodidad en la voz de Jiyong fue imposible de ocultar, ¿acaso estaba siendo juzgado por sostener un cartel? —Cuando lo decida mis horarios serán mejores.
—Ahm... Bueno, yo tuve una cirugía desde las 3am, así que no he dejado de beber café. Y esta hermosura aprovechó de traerme el desayuno después. —Comentó Taeyang cambiando de tema y haciendo referencia a la única chica que hasta el momento no había hablado.
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Lost Stars ▸| GTOP
FanfictionKwon Jiyong se da cuenta de que su vida no es la misma después de los 30 y que todo lo que ha obtenido en la vida no puede llenar ese sentimiento de satisfacción que busca como hombre y como ser humano. Conocer a Choi Seunghyun lo pondrá en una cuer...