18. Prisión.

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       En el peor de los casos toda su familia y amigos se enterarían de la situación y lo dejarían entre la espada y la pared o tal vez le clavarían directamente la espada en el esternón porque era lo que se merecía si realmente lo pensaba, los había engañado a todos y parecía que no le importaban los sentimientos de otros pero en realidad solo esperaba validar los suyos por encima del de los demás primera vez en su vida, aunque su error fue llevarse por delante a otras personas que no tenían culpa.


      Lamentablemente, era justo eso lo que le impedía pensar claramente y Jiyong no lograba dar con una respuesta correcta a esa pregunta que recibía por parte de otra persona que solo suplicaba con la mirada una explicación de porqué su padre estaba siendo engañado de esa manera y Kwon no podía culparlo, ni siquiera podía pedirle que dejara de alzarle la voz o que actuara con respeto hacia un hyung porque Jiyong no merecía ninguna clase de trato especial.


      El pobre estaba nublado, ansioso, sus manos sudaban y sus pies se movían sobre su propio peso esperando a que su boca emitiera algún sonido así sea en automático, así que no tuvo control cuando su boca se abrió para responder como si no fuera nada.


—Sí, regresaré con él.

—Dios... —Asahi se llevó una mano a la frente esquivando la mirada de Jiyong y tratando de no llorar en ese momento por la culpa y la decepción que le había causado descubrir una verdad que ni siquiera se había cruzado por su cabeza porque en su mente. 

—A-asahi pero yo...

—Kwon Jiyong, eres peor que mi mamá. —Respondió el otro sin dejar que el mayor dijera nada más, porque esa respuesta había sido suficiente para sentirse como el peor hijo del mundo por arrojar a su padre con una persona tan cínica. El peor escenario que tenía era que Jiyong ni siquiera tenía un departamento al cual regresar o que era una persona sin dinero o familia, no esa traición. 

—No es lo que parece. —Insistió Kwon, aunque si lo era, simplemente no quería que se posicionara su situación con Seunghyun como algo que solo parecía ser un juego temporal.

—¿No lo es? Ella fue una mierda de madre pero tú...

—No... D-déjame explicarte. —Jiyong movía las manos en el aire conteniendo la humedad en sus ojos porque le dolían esas palabras, le dolía porque él mismo sabía que no existía ningún tipo de justificación a lo que había hecho, le dolía porque se las merecía.

—¡AL MENOS ELLA NO SUPO QUE SE MARCHARÍA CUANDO LO ENAMORÓ! Tú lo sabías, lo supiste siempre, sabías que te irías con otro y lo dejarías roto pero no te importó jugar con él. ¡Eres de lo peor!

—¡Yo no jugué con él! ¡YO LO QUIERO! 

—¡NO! ¡No lo quieres! Y lo peor es que mi papá sería capaz de decirte esta noche que te ama y su corazón lo sentiría de verdad, porque el muy inocente está enamorado de ti. 

—Yo...

—Eres una basura y no te quiero volver a ver cerca de mi padre. —El menor aventó la caja obscura contra el pecho de Jiyong envuelto en furia y sosteniendo las ganas de llorar por lo mismo. 


       Tan pronto el muchacho se dio la vuelta, salió disparado del lugar importándole poco los comentarios de mal gusto que dejaban las persona a su alrededor, porque claro, para los demás solo era un niño malcriado comportándose así con un adulto, pero para él era la reacción natural contra alguien que estaba jugando con su padre a pesar de haber hablado con él sobre la situación, a pesar de pedirle no herirlo.

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