—No puedo creer que ya pronto tengas que irte, ¿sabes que puedes quedarte más tiempo, verdad?
—Lo sé, pero ya sabes, el departamento...
—Sí, si, no tienes que darme explicaciones. —Las grandes manos de Seunghyun rodearon la cintura de Jiyong atrayéndolo contra su cuerpo y permitiendo que Kwon posara sus manos sobre el pecho del otro. —¿Prometes que no desaparecerás y volveremos a vernos así como siempre?
—No puedes tenerme para siempre. —Jiyong sonrió alzando ambas cejas en señal de burla.
—Pero es justamente eso lo que quiero, Jiyong, al menos dame unas horas del resto de tu vida. —El mencionado solo pudo sonreír correspondiendo a la mirada cariñosa que le dedicó Seunghyun antes de tomar su cara con ambas manos y aplastar sus labios contra los del otro.
Esa clase de gestos resultaban naturales cada vez que estaban cercas y explicar la forma en la que su relación se aceleró tan de repente en cuestión de horas era como resolver el más difícil problema de matemáticas, y lo peor era que Jiyong no era bueno ni en matemáticas ni en resolver sus propias emociones y era por ello que había extendido un par de días más su estadía en casa de los Choi, no sin antes avisar a su prometido que tendría que tomar un curso extra antes de marcharse, cosa que por supuesto no lo hizo sentir bien porque seguía acumulando mentira tras mentira.
Y era justamente por ello que cada vez que tenía la oportunidad de estar encima de Seunghyun lo aprovechaba como si pronto se acercara el fin, porque temía perderlo sin disfrutarlo y aunque se sentía mal saber que desde la vista de un tercero solo estaba usando al abogado para satisfacer sus propias necesidades emocionales, sociales y físicas, la verdad era que le impresionaba pensar que había encontrado la saciedad de todas ellas en una sola persona pero que esa persona llegó en el momento equivocado.
Debía ser un castigo divino por haber nadado desnudo en la casa de desconocidos o por escaparse de casa cuando estaba castigado y apenas tenía catorce.
El problema era que volvía a sentirse como de catorce años al estar sentado en el sofá ordenando los cosméticos que se supone debería llevarse de regreso a su departamento mientras que un pelinegro expresivo se mantenía con la mirada fija sobre él sin emitir ni una palabra.
La tensión en el ambiente era obvia, estaban solos y apenas el reloj marcaba las 4 de la tarde, por lo que todavía faltaba un poco más de tiempo para que Seunghyun regresara y aunque Jiyong quería centrarse en pensar qué era lo que estaba haciendo y cómo había terminado enredado en su propia telaraña, la mirada fría del muchacho a su costado lo estaba incomodando.
—¿Tengo algo en el rostro? —Preguntó finalmente deteniendo sus manos al cerrar el estuche de baño.
—Sí. —Afirmó secamente el otro.
—¿Q-qué tengo? —Jiyong se llevó las manos a la cara arrastrando sus palmas de arriba hacia abajo por si estaba manchado con algo o algún insecto se había posado en su piel.
—La saliva de mi padre.
—Asahi, yo... —Las palabras quedaron en el aire porque realmente no sabía qué decir a algo que se había hecho evidente y mucho menos sabía qué decir sobre lo que estaba ocultando.
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Lost Stars ▸| GTOP
Fiksi PenggemarKwon Jiyong se da cuenta de que su vida no es la misma después de los 30 y que todo lo que ha obtenido en la vida no puede llenar ese sentimiento de satisfacción que busca como hombre y como ser humano. Conocer a Choi Seunghyun lo pondrá en una cuer...