Amor y Amigos.

Capítulo VII: nervios

Hoy iré dónde Isabel. Hace unos días estuvo contándome sobre su relación: su historia, un poco graciosa, es muy interesante y entretenida.

Mi amistad con ella me gusta, es una chica muy interesante; es muy inteligente aunque ella misma se infravalora. Cada vez le tengo más confianza, se ha vuelto mi amiga más cercana. Junto a Jhonny, tenemos una gran amistad.

Constantemente espero a Alicia cuándo acaban sus clases y luego que ella se va me quedo largo rato con Isabel y Jhonny. Isabel me ha ayudado con mi timidez, con mis nervios, tanto que ahora incluso puedo ponerla nerviosa antes de que ella a mí.

Últimamente Isabel me molesta con su hermana. Me pregunto si realmente quisiera que tuviera algo con ella, porque en serio molesta mucho con ello. En cuanto a mí, no siento nada por Lissette y dudo que ella sienta algo por mí; además es muy pequeña, en cuanto a edad, para mí. Sé que realmente no es que tengamos edades tan diferentes, pero aún así no. Algún día le haré una broma diciendo que empecé a sentir algo por Jenny, muero por ver su reacción.

Hace mucho sol, así que llevo una gorra. Me hubiera gustado que Jhonny estuviera hoy, pero no pudo, así que soy solo yo. La verdad aún no sé que hablaré con ella hoy, pero seguramente será de Alicia.

Al llegar Isabel me recibió con un abrazo un poco fuerte y un «hola». En su casa solo estaba ella con su hermana Lissette, así que prontamente nos sentamos a platicar en el suelo.

— ¿Cómo has estado? — inició ella

— Ya sabes, igual que siempre.

— ¿Algo que quieras contarme? ¿Por qué hoy vienes solo? — me miró con curiosidad.

— Jhonny ha tenido unos problemas con su mamá, por eso no pudo venir hoy. — respondí sin ver a Isabel.

— Ah, ya. ¿Y qué has hecho? — me preguntó con una sonrisa amable.

— Nada interesante ¿y tú?

— Pues hoy lavé ropa, de hecho acabo de terminar. — se miró a sí misma.

— ¿Te ayudo Lissette? — pregunté un poco en broma.

— Ay Dios, esa nunca ayuda y, si lava, no lo hace bien. — puso los ojos en blanco y yo reí por lo bajo.

— Ya me lo imagino.

Hubo un silencio mientras Lissette lanzaba miradas hacía Isabel con enojo y recelo por lo que Isabel había dicho hace un momento.

— Pensaba en pedirle que sea mi novia a Alicia — interrumpí en un tono bajo, para que solo me oyera Isabel —, creo que hemos pasado bastante tiempo con esto de los apodos y eso. No creo que sea un impedimento el estar en turnos contrarios.

Mi comentario generó sorpresa y confusión en su rostro — ¿Ya pensaste cómo lo harás? — parecía no creer mis palabras. Me miraba con mucha atención; se acercó, dejando poco espacio entre nosotros.

— Estaba pensando hacerlo el próximo martes, será 11 — esto pareció confundirla más.

— ¿Qué tiene que sea 11? — la curiosidad en el aire se mezclaba con un sentimiento de duda.

— El 11 nos casamos — traté de recalcar la última palabra —. Pensé que sería lindo.

— Ah, ya — se colocó de forma más erguida, colocando más espacio entre nosotros y pasando un mechón de cabello tras su oreja — ¿Podrás pedirlo sin ponerte nervioso? — pude notar como mordió ligeramente su labio inferior.

— Nervioso es seguro que me pondré, pero no será problema — me acerqué un poco a ella lentamente.

— ¿Ah sí? — me veía por el rabillo del ojo y mientras me acercaba noté como se tensó ligeramente — ¿Podrás verla a los ojos? — preguntó haciendo un reto con esas palabras.