Elizabeth trata de enseñarme los pasos que ensayaron ayer mientras llegan el resto al ensayo de hoy. No ensayaron mucho, así que no será difícil ponernos al día con Isabel. Ya que los ensayos van intercalados entre mañana y tarde, hoy llegué a las dos y treinta, el resto, incluida Isabel, poco antes de las tres.
Somos muchos más chicos que chicas, así que, para todos bailar, algunas chicas tendrán doble pareja, bailarán dos veces. Isabel es una de ellas, bailando conmigo y con Jhonny, quién no vino ayer al ensayo.
Por suerte de nosotros, prácticamente no ensayaron nada y además, el instructor, decidió que cambiará lo poco que habían ensayado. Comenzó Jhonny los ensayos con Isabel y con Elizabeth, ya que su pareja no ha venido, comenzamos también. Ensayar con Elizabeth es bastante placentero, pues se mueve con mucha soltura, y eso compensa un poco mi torpeza. Además, me tiene mucha paciencia cuándo la vuelta no me sale, y trata de ayudarme a entender cómo hacer el siguiente paso.
Cuarto a las cuatro llegó la pareja de Elizabeth, así que me quedé sin pareja. Me senté a un lado de la galera dónde ensayamos, para seguir viendo los pasos y analizarlos un poco. Hubo un paso nuevo.
Luego de unos minutos Jhonny cambió de puesto conmigo. Ensayamos el nuevo paso con Isabel, luego dimos el último ensayo de toda la coreografía de hoy.
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Los ensayos van muy bien hasta ahora; el jueves y viernes vino Carlos con Isabel, para ver los ensayos, así que era un poco incómodo pero, ya al ensayar la coreografía, nada podría arruinar el placer de tener a Isabel tan cerca y tomar su mano frente a todos, sin miedo.
Hoy, lunes once, ha venido Michelle. Hablarle sobre los ensayos es de lo más incómodo que puede existir pero, por suerte, no puede reclamar por el hecho que baile con Isabel, pues esta también será su graduación, pero no quiere asistir. Sí ella asistiera a la graduación, sin dudarlo, sería mi pareja de baile.
Claro que Michelle vino a verme, pero no solo a mí, sino también a sus amigas; ellas se apropian de ella casi en su totalidad, así que poco hablo yo con ella. Estoy bien con esta distribución de su atención, porque no quiero que se sienta ahogada por mí; sus amigas estaban antes de que comenzara nuestra relación, si Michelle quiere pasar tiempo con ellas, no me negaré.
Al igual que los días anteriores, ensayaba por turnos con Isabel y algunas veces, cuando era turno de Jhonny, ensayaba con Elizabeth o Katia; cuando me sentaba a esperar mi turno conversaba con Michelle. Mientras hablamos, más de una vez, alguna de sus amigas le preguntó si estaba celosa por verme bailar con otra chica, «yo no quiero bailar, así que no me molesta con quién baile», fue su respuesta.
Michelle se fue poco antes de que terminara el ensayo, se despidió de cada una de sus amigas y por último de mí.
Isabel no dijo nada, y no lo hará, pero tener a Michelle observando hoy, seguramente la hace sentir tan incómoda como yo me siento cuando Carlos nos observa. Lo sé, porque este día ha sido en el que menos hemos hablado.
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Han pasado tres días muy buenos, aún con Carlos aquí; ya no me siento tan incómodo, incluso me olvido de su presencia. He visto sonreír más a Isabel, y mientras ensayamos, su mano sujeta la mía con más fuerza. Además, salvo algunos errores, nos coordinamos de forma maravillosa. Aunque me sigo sintiendo torpe bailando, puedo decir que soy yo el que dirige la coreografía entre nosotros, verla tratando de coordinar sus pasos con Jhonny me confirma eso.
Isabel tiene una camisa a cuadros y un jeans, estamos sentados, esperando que inicien los ensayos. Estoy recostado en ella, en sus piernas, y ella juega con mi cabello. ¡Qué bien se siente esto! Podría quedarme aquí para siempre, si eso fuera una opción. Aún así, su mirada refleja justo como me siento: estoy gozando de mirar un fruto que jamás podré comer, un fruto prohibido. La tristeza detrás de este pensamiento es inevitable, así que desvío la mirada, de la de Isabel, y la veo solo de soslayo, apreciando sus labios con anhelo.
De un momento a otro, Isabel me obliga a levantarme. El gesto me pone en alerta pero estoy confundido.
— ¿Qué sucede? — pude articular en un susurro.
Pronto obtuve mi respuesta: tras seguir la dirección de la mirada de Isabel observe a Carlos, que pasaba de frente a nosotros, camino a la dirección. ¿Por qué pasó sin acercarse a saludar a Isabel? Seguramente porque estaba yo en sus piernas ¿Meteré a Isabel en problemas? ¡Tan bien que iba todo estos últimos días!
Isabel se levantó — Ya vuelvo — dijo sin esperar una respuesta y caminó rápidamente hacia Dirección, para encontrarse con Carlos. Sentí que con ella se iba mi aliento.
Pude ver cómo lo abrazaba con cariño, con amor, y hablaban algo luego de eso; Carlos no parecía enojado, quizá Isabel no está en problemas por mi culpa, eso es un alivio. Admito que quizá mi pensamiento fue muy exagerado, es improbable que esto generase un gran problema entre Isabel y Carlos, al final de cuentas, simplemente Carlos podría sentir celos.
Isabel volvió en pocos minutos; frunció los labios al sentarse a mi lado. Se ve incómoda.
— ¿Todo bien? — pregunté.
— Ah... — volvió a fruncir los labios — Sí, todo bien.
Durante el ensayo estaba más distraída, más distante; luego de ensayar un par de veces la coreografía suspiró, me miró a los ojos durante un momento y sonreí, ella hizo lo mismo y cuándo dejó de verme volvió a suspirar. El ensayo, luego de ese momento, continuó como los días anteriores; su mano sujetaba la mía de forma natural y a ambos se nos olvidaba al menos un paso o un tiempo de la coreografía.
Al terminar el ensayo me despedí de Isabel con un fuerte abrazo, pues tendría que esperar dos días para verla, y luego la vi salir de la escuela con Carlos, mientras yo me despedía de Katia y Elizabeth.
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Amor y Amigos.
Fiksi Remaja- Quiero hacerte una propuesta, aunque sé que está mal; no podemos cambiar lo que sentimos, entonces dejemos que pase lo que tenga que pasar. Mientras nadie lo sepa, nadie nos puede juzgar... ¿Aceptas? Los amores prohibidos son siempre los más inten...