Un compañero de televisión

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—¿Qué tenemos? —pregunta el detective mientras se acerca al cadáver.

—Un fanático del asado, supongo —responde el oficial asistente de homicidios, dándole unas hojas con los datos de la víctima.

Frente a ellos hay un cadáver crucificado, carbonizado y completamente cubierto con heridas de garras; con la entrepierna destrozada y llena de piedras.

—Es mi segundo caso y ya debo ver estas desagradables escenas —agrega el asistente y le muestra al detective un video desde su celular—. El video se subió en la madrugada y tiene muchas visitas.

En el video no se ve al asesino, pero se le escucha reír mientras el cadáver arde.

—El asesino está demente, no conozco a un humano capaz de hacer algo así —dice el asistente, mientras cierra los puños con impotencia.

—Es bueno que no conozcas a alguien así, aunque los he visto peores —agrega el detective.

—Aun así, esto es inhumano. Seguro que es capaz de comerse hasta su propia madre para vomitarla y comerse el vómito.

El detective se extraña ante la analogía del oficial, pero decide no darle importancia.

—Bueno, admito que es grotesco —pronuncia la forense mientras le saca fotos al cadáver—. Pero es un grotesco artístico —agrega, admirando por unos segundos al cadáver.

El detective y el novato miran a la chica, quien les devuelve la mirada y se pone nerviosa.

—Lo digo porque se nota la dedicación y el trabajo que hay en las marcas. Según puedo ver, por la presencia de las heridas de garras, primero lo quemó antes de dejar esas marcas. Como si quisiera mandar un mensaje —explica con algo de emoción en su voz, pero regresa a sacar fotos.

—Eso podría ayudar. Detalla esas descripciones en el archivo —indica el detective—. Fuera de eso, tengo algunas pistas que relacionan al dueño de la empresa, pero debemos ser discretos, es un hombre con muchos abogados —advierte y comienza a caminar hacia su auto para comenzar la investigación.

—Bien, le diré a Javier para que lo acompañe —responde el novato.

—Javier es tan discreto como el dueño de un burdel en misa. Iré yo solo.

—¿No se supone que son compañeros?

—Le dije al teniente que trabajo mejor solo, sin mencionar que ni siquiera está aquí —indica molesto, deteniéndose con los brazos cruzados.

Es entonces que se escucha un fuerte sonido que altera a los presentes: ¡Rash! Todos voltean y ven a un hombre que viste un oscuro traje elegante y usa lentes de sol. Se acerca al grupo de oficiales con una caminata ególatra, desbordando confianza a muerte.

—Buenos días, inútiles —saluda sin verlos a la cara para centrarse en la forense—. Señorita de los muertos —pronuncia seductoramente mientras muestra una sonrisa enriquecida por su carisma.

—Javier, te dije que no me llames así —responde la chica en un suspiro y se aleja.

—Definitivamente está loca por mí.

—Deja de fantasear —interrumpe el detective, chasqueando los dedos frente a su cara—. Tenemos trabajo, ¿y se puede saber que fue ese sonido?

—¿Cuál, éste? —Sin importarle el regaño, levanta el celular y presiona un botón: ¡Rash!— Es mi nuevo tono. Ya sabes, estamos en el año del monstruo. Como sea, ¿a quién debemos esposar, compañero?

El detective suspira y deja pasar sus comentarios para explicarle el caso. Javier mira a la nada, se baja las gafas y sonríe.

—¿Podemos iniciar el montaje? —pregunta y guiña el ojo.

Su compañero se golpea la frente con la mano y suspira para dejar salir toda la pesadez que representa aguantar a su compañero.

Después de un montaje de investigación, en donde interrogaron al dueño de la empresa, un mafioso, un niño y una enfermera; el par llega a una bodega abandonada y descubrieron que no tratan con un asesino cualquiera; la enfermera afirmó que es un monstruo.

—La clásica investigación en una bodega abandonada en medio de la nada, creo que ya podemos tener nuestro programa de televisión —bromea Javier, pero se asusta al ver como su compañero rompe la puerta para entrar—. Aunque con esa actitud, no tendrás muchos fanáticos.

—¿Quieres concentrarte? Según la enfermera, el ≪monstruo≫ vive aquí. Debemos estar alertas.

—¿Podemos hacer un montaje en el que atrapas al asesino? Ya me estoy aburriendo.

El detective suspira y se adentra en la bodega, con la pistola en mano y una linterna en la otra, mientras que Javier lo sigue de cerca sin ninguna precaución. Buscan por varios minutos hasta que el rugido de una bestia los desconcierta y una sombra antropomorfa salta hacia el detective, quien dispara para defenderse, pero la criatura es muy rápida y lanza un fuerte zarpazo. Javier salta frente a su compañero y recibe un profundo y sanguinario corte en el pecho. Después del ataque, el detective consigue darle un par de disparos, gracias a la oportunidad que le dio su compañero, y la bestia huye herida.

—¡Javier! —exclama preocupado y se acerca a verlo mientras toma su radio—. Necesito refuerzos, oficial herido, traigan una ambulancia.

—Tranquilo, compañero. Esta es la parte en la que te digo: ≪Ve por esa cosa, yo estaré bien≫ —dice, pero escupe sangre—. Si esa bestia se escapa, habrán más muertos. Ahora ve por él.

El detective, a regañadientes, reúne fuerzas y se levanta para perseguir al monstruo, mientras que Javier lo escucha alejarse.

—Definitivamente será una buena serie, incluso el héroe muere al final. Atrápalo, detective —pronuncia para perder su vista en el techo, manteniendo la sonrisa egocéntrica.

Historias fantásticas y no tan fantásticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora