La verdadera misión

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Aquel gato se recostaba en mi pecho de vez en cuando, no me gustaba dormir con la luz apagada y también la idea de estar solo me incomodaba, mis miedos, los cuales nunca había tenido, habían aparecido al llegar a este mundo tan extraño. No me gustaban los lugares oscuros y tampoco me gustaba estar solo, eso era lo que más me asustaba y por eso de alguna manera aquel gatito siempre me acompañaba cosa que en secreto le agradecía cosa por la cual le había permitido quedarse con mi preciada bufanda que utilizaba de cama cuando no estaba recostado sobre mí.

Mis sentimientos eran extraños y me confundían, en ocasiones sentía que quería destruir aquella brillante existencia que era Demian, pero al mismo tiempo sentía miedo y me imaginaba como seria todo esto si él no me acompañara. A medida que pasaban los días, Demian había cambiado, parecía más distraído y siempre tropezaba, aun así, siempre sonreía diciendo que nada le pasaba, sabía que algo tenía que ver con el pesado de su primo el cual cada vez que me hablaba era para decirme que me fuera de su casa.

Por otro lado, estaba el otro chico, ese que me observaba de forma extraña cada vez que me veía, su nombre era Max, y aunque junto a Brad parecía divertirse y bromear un montón sus ojos estaban vacíos, como si algo le faltara, como si en realidad no fuese feliz. Ese chico se solía quedar en esta casa ya que al parecer mantenía una relación sentimental con el primo de Demian, los humanos siempre buscaban el amor y eso me parecía algo sumamente extraño.

Encendí mi lámpara de noche mientras el gatito, aún sin nombre, mordía mis dedos y me arañaba las manos, mi corazón se sentía extraño hoy, sólo por recordar aquella imagen... ¿Por qué Demian debía besar a Brad? Todo había sido muy extraño para mí cuando al entrar a la sala vi a esos dos besándose, mi corazón se sintió diferente. En aquel momento no supe por qué mi estomago dolía y se sentía revuelto y por qué mi garganta se sentía con un fuerte nudo que me impedía respirar.

No quería ver más a Demian y no sabía por qué, tenía miedo de que si miraba sus ojos entonces me sentiría mal y mi cuerpo volvería a doler como cuando lo vi besarse con su primo ¿, sólo quería estar acostado con el gato hasta que el mundo se destruyera No estaba mal en estos tiempos que los humanos establecieran relaciones amorosas con sus parientes?

Sentí unos pasos a lo lejos, me cubrí con las sabanas y oculté también al gatito entre ellas, sentí la puerta ser abierta por lo que me destapé hasta la nariz para ver quién era, sentí una puñalada en mi corazón al ver a Demian con una sonrisa, un vaso de leche y un plato con galletas.

― ¿Qué quieres? ― pregunté sintiendo rabia de manera inmediata.

―Mi...mi habitación está muy pegada a la de Brad y se escucha todo lo que hace ― sonrió triste ― no quiero tener que escuchar...

―Aaah... ― dije sin interés, no quería hablar con Demian sin embargo el gatito salía de las sabanas y comenzaba a maullarle, éste dejó su comida sobre una mesa y se sentó sobre la cama a jugar con el felino.

―Qué lindo que tu si me quieras ― le dijo al animal.

―Todos te quieren... ― respondí de mala gana ― ese es tu destino.

―Puede ser... ― me observó, sus ojos estaban cristalinos, como si fuera a soltar lagrimas reprimidas ― Pero... la persona que quiero que me quiera... esa persona no...

―Demian... ¿Por qué besaste a Brad? ― le pregunté cubriéndome con el edredón.

― ¿Me viste? Debes pensar que soy un raro o algo así... ¡Pero Cersei y Jaime Lannister eran hermanos eso es peor! ― comenzó a reír ― mejor me voy, sólo te estoy molestando... ― dijo levantándose.

Recuperando mis alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora