Recuperando mis alas

Felices para siempre

―Demian, ven mira, un piano ― Le decía su primo al chico desorientado que miraba sus pies y enterraba sus uñas en sus brazos, claramente nervioso ― ¿Recuerdas lo mucho que te gustaba tocar el piano?, ¿Cuándo el abuelo nos enseñó a tocar estrellita?, ¿Lo recuerdas? Ven, vamos ― sonreía mientras con lentitud aproximaba al piano a Demian que pasaba sus dedos con miedo sobre las teclas y presionaba una al azar ― Si, así Demian, vamos.

El chico enseguida se alejó mientras las lágrimas volvían a caer por su rostro y pequeños sonidos se le escapaban de la boca, enseguida las enfermeras acudían a él para llevárselo de vuelta.

―No su culpa joven Evans, pero logró salir de la habitación e interactuar, eso es un gran avance ― Le sonrió una enfermera mientras el otro se alejaba con impotencia.

―Sé que no es mi culpa, es culpa de ese psicópata... es culpa de Seth, daría todo lo que tengo para que me traigan su cabeza ― decía el muchacho con odio.

―Así es el sistema judicial, nunca los encuentran y tal vez haga lo mismo en otro lugar...

¿Seth?, ¿Por qué cuando decían eso mi corazón dolía? Como si estuvieran hablando de mí, pero no podía ser yo... no podía, nunca podría hacer algo tan horrible, no podría herir a humanos inocentes.

― ¿Y decidido a tener tu propio protegido? ― me preguntó Sura volviendo de una de sus visitas a Demian.

―No sé si estoy listo ― intenté fingir una sonrisa, pero eso por alguna razón me había incomodado, hacía que mi cabeza doliera. ― Aprendo mucho ayudándote.

―Gracias Seth ― sonrió Sura alegre mientras escuchaba un par de susurros en mi mente.

"Gracias Seth" Se repetía en mi mente, dolía, como si algo estuviera perforando mi alma.

― ¿Pasa algo? Estás pálido ― me preguntó preocupada, aproximando su mano hasta mi frente.

"Gracias Seth"

―No sé qué... me pasa ― chillé, sintiendo como las lágrimas comenzaban a caer solas por mis ojos cada vez que un débil y frío "Gracias Seth" se repetía en mi mente.

―Seth, cierra los ojos ― me dijo Sura con voz calma ― Durmiendo se olvidan los malos recuerdos ― le hice caso al ángel mientras cerraba mis ojos he intentaba calmarme.

"Gracias Seth"

Y como una película, millones de imágenes comenzaron a pasarse por mi mente, imágenes que desgarraban mi interior, que me hacían querer llorar, yo era ese ángel, yo era ese horrible y detestable ángel que tanto daño le hizo a ese inocente chico, yo había sido... yo había quebrado el alma de un humano, yo había asesinado gente inocente, mis manos estaban manchadas, no merecía seguir viendo el sufrimiento de un chico, no merecía siquiera mirarlo.

― ¿Estas mejor ahora Seth? ― me sonrió Sura mientras yo asentía.

Ahora lo comprendía todo, esta falsa felicidad, este teatro de marionetas que llamaban vida...

Demian tenía razón, yo también había sido manipulado, yo también había llegado a él por culpa de una fuerza mayor y ahora... ahora lo había destruido, ahora me quedaba viendo cómo se consumía poco a poco su alma, como la persona que amaba cada vez caía más y más en la desesperación hasta que finalmente no quedara nada él.

Mis recuerdos habían sido modificados, quizás cuantas veces había pasado lo mismo solo para mantenernos felices viviendo en esta pequeña jaula, alimentando nuestro corazón de la falsa esperanza que le brindamos a los humanos.