Cap. 32: Conejillo de indias.
Mathew y sus ojos oscuros; dos pozos profundos fijos en la piel de André. En los músculos de su pecho firme y más abajo, resguardando su ombligo marcado, los puntos de las heridas de la operación. Levantó la mirada para asegurarse de que no había rastro de dolor, pero André adivinando el motivo por el cual se había detenido, enredó los cabellos de Mathew entre sus dedos y restregó el rostro del castaño, en su entrepierna.
— Idiota. — Se quejó Matthew. De todas las jodidas cosas que André hacía a la hora de coger, ese era el único detalle que no terminaba de agradarle, pero igual... atendió su petición, atrapó con sus dientes la piel de su pelvis y saltando la zona de bello, llegó hasta la raíz del miembro de André.
La punta de su lengua en el glande de André, un poco de saliva resbaló en la punta, el sabor a su sexo, la tensión en los músculos de ambos..., aceptaba que había extrañado demasiado aquello, el calor de ambos y el sudor mezclándose. Si todo estuviese bien, los disfrutaría más.
— ¿Vas a hacerlo? — Había preguntado André con voz ahogada, Mathew estaba demorando un poco en ponerse ese trozo de carne entre los labios así que, con un poco de cuidado, había terminado de levantar su cuerpo del colchón y hubiese terminado por inclinarse, si no hubiese sido retado por la mirada de Mathew.
— La condición — La condición era no moverse demasiado en la cama para evitar que se lastimara o abriera alguna de sus heridas. André entendía, se recostó de nuevo en el colchón.
Y enseguida Mathew lo recompensó; su mano fría aprisionó el miembro de André y enseguida engulló, la lengua húmeda apaciguaba aquel trozo de carne, lo sentía caliente y húmedo apenas empezó a hacer presión sobre su paladar. Aquello derretía a André, se lo decía, sabía Mathew que era uno de sus talentos... lo había dicho Alex alguna vez y desde ese momento él lo había creído.
Confiaba completamente en sus talentos sexuales, los gemidos de André reforzaban aquella idea, murmuraba un montón de maldiciones, le calentaba aquello, el aroma a sexo que empezaba a invadir la habitación levantaba su lívido y lo animaba a succionar con fuerza, a lamer los testículos de vez en cuando y volver a aquel tronco de carne, hasta que quedara los suficientemente tieso como para soportarle.
Una cogida, ya era diferente en temas de post operación, pero ambos se habían sentido muy optimistas al notar que André se recuperaba... además, no es como si se les hubiese podido pasar por la cabeza preguntar, a algún médico, a partir de cuantos días podía empezar a coger.
En la oportunidad de despacharse el mismo, cuando observó que el miembro de André estaba a tope, Mathew se apartó de la cama, se levantó a la par que lamía sus labios, sin dejar de ver a su pareja. Lo sedujo con completa intensión; se desnudó completamente frente a sus ojos y sonreía cuando André labia sus labios.
— Déjame ver tu culo. — Susurró de forma sucia André y Mathew con completa intención se giró apenas un poco, para ponerse de frente de una vez.
— Esto es como tu primera vez. — Bromeó Mathew que aún de pie colocó cada una de sus piernas al costado del cuerpo de "su chico" y vaya visión que se había ganado éste, de solo tenerlo en esa posición.
— Jajaja ¿Y eso te calienta? ¿Qué fetiches son esos? — André le había bromeado, tal vez para pasar un poco de largo aquella misión imposible. Mathew tomó un poco de aire en sus pulmones, y volvió a agacharse, permanecía de rodillas intentando adivinar como acomodarse. — Que no tengas miedo, no vas a lastimarme.
— ¿Me dirás si te duele? — Aún con la excitación, pudo contenerse un poco porque en verdad, que no quería lastimarlo, pero a la pregunta André asintió, con un poco de desesperación.
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Hombre bajo la lluvia |BL|
Любовные романыMathew sabía que las más grandes tragedias inician siempre con un pequeño secreto y así inicia su historia: La muerte de su madre, un viaje a la independencia y la constante interferencia de su vida profesional en su vida personal. ¿Es esto converti...