Cap. 16: Amor.

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Cap. 16: Amor.

Su despertador sonó a las siete de la mañana y él se removió incomodo, dormir en la colchoneta estaba siendo horrible. Apagó la alarma del móvil y lo volvió a poner en la caja de cartón que usaba como mesa, sin embargo, a pesar del dolor de espalda, sentía como si gran parte del peso en sus hombros hubiese desaparecido. Podía quedarse a meditar algunos minutos, pero no lo hizo, tuvo que ponerse de rodillas para poder levantarse de una y después espabiló el sueño que le quedaba.

Recorrió con la mirada toda la habitación, intentaba que poco a poco aquel lugar se volviese más familiar. Escuchó algo de ruido afuera. Se lo pensó dos veces antes de salir, pero... tampoco es como si tuviese motivos para "esconderse". Salió con toalla al hombro y se encontró con André andando de un lado al otro por el departamento.

— Buen día. — Le saludó sin intenciones reales de interactuar, pero antes de que pudiera recorrer aquellos cincuenta centímetros de su habitación al baño, André pareció adivinar sus intenciones y corrió apresurado al baño.

— Mierda, me quedé dormido. Dame dos minutos y te dejo el baño. — Mathew había sido empujado antes de poder meterse y con la puerta abierta su Roomie se apresuraba a lavarse los dientes y peinar con cera, su cabello negro. — ¿Vas tarde?

— No. — André había preguntado a medio tallar de dientes. Mathew negó y se recargó en el marco de la puerta. Hasta ese momento pelear por el baño en las mañanas era algo que sólo había visto en las películas o la tv. El acostumbraba a despertar y bañarse cuando su madre ya le esperaba con el desayuno en la mesa.

— Te dejé algo de huevo en el sartén y hay licuado en la cocina... comételo, sino se nos echará a perder. — André terminó de enjuagar su cepillo de dientes, lavó sus manos y guardando gotas de aguas en ellas, se aproximó a Mathew para mojarle completamente el rostro y sonrió al escuchar la queja, por su tremenda travesura. — Me voy, te toca la cena.

André salió deprisa hacia su habitación, salió con una computadora en manos y después le observó ir a la cocina. Se despidió escandaloso antes de cerrar la puerta. Hasta ese momento Mathew fue consciente del remolino de cosas que habían sucedido...

¿Qué había sido todo aquello?

Se sintió completamente incomodo por la situación, apenas escuchó a André irse, se metió al baño y exageró en el agua caliente para poder relajar sus músculos resentidos. Con el vapor se mezclaba el aroma a cigarro y su shampoo. ¿Había estado fumando ese sujeto por la mañana? Seguramente.

No meditaba demasiado en el rechazo que el acercamiento de André le provocaba, no pensaba demasiado en eso porque él acostumbraba a empezar las mañanas en modo autómata, se vestía recordando sus actividades en el trabajo y se preparaba mentalmente para el trayecto a las oficinas.

Pero ahora su trayecto era extremadamente corto, así que a las siete treinta de la mañana estuvo listo, sacó sus cosas de la recamara y sólo entonces se dedicó a indagar en la cocina. En el vaso de la licuadora había chocolate con leche y como lo había dicho, también un poco de huevo con jamón. Olía a una mañana de sábado.

Pero era lunes, sin metáforas.

Mathew difícilmente encontraba atractivo comer algo casero preparado por alguien que apenas conocía. Buscó con la mirada una bolsa de plástico y limpió el desastre de las cascaras de huevo, después, con algo de duda tomó el sartén, estaba decidido a tirar también la comida, pero sintió un pequeño remordimiento, así que rebuscó en uno de los cajones un recipiente para vaciar el huevo. Conocía a alguien que era capaz de comerse casi cualquier cosa.

No entendía el por qué le resultaba tan complicado comer aquello, terminó llevando también el licuado en un termo que no era suyo y al final notó que era tiempo de irse al trabajo. Se colocó su saco, acomodó el cuello de su camisa y salió.

Hombre bajo la lluvia |BL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora