Cap. 18: Perder la cabeza.

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Cap. 18: Perder la cabeza.

Mathew tenía todo para explotar aquel jodido día, pero a pesar de las tremendas ganas que tenía de mandar al diablo a André, de sus labios no salió palabra alguna. Una de las chicas se levantó para saludarlo y le arrastró hasta la bocina en la que había estado sentada ella.

— Vaya, André. ¿Por qué no me dijiste que tu roomie era tan sexy? Pensé que iba a ser uno igual al anterior. — La chica hizo ademanes para que uno de los sujetos en las sillas se bajara al suelo y ella tomó su lugar. Era muy poca la distancia para el gusto de Mathew así que enseguida alejó un poco su cuerpo.

— No, Mathew no tiene nada que ver con ese tipo. — André le acercó una cerveza, veía como todos empezaban a cerrar el círculo para ponerle mucha más atención y ante eso, él no sabía cómo actuar. Tal vez era demasiado diplomático incluso en esas ocasiones.

— Y Mathew... ¿Tienes novia? — Negó ante la pregunta de la chica, no comprendía si estaba ebria o era igual de indiscreto que André.

— Susy van con todo. ¿No quieres que los dejemos de una vez? — Intervino otro de los chicos.

— Sí, sí, deberían hacerlo. ¿Cierto Mathew?

— Susy, no te volveré a invitar si lo incomodas. — André llegó con algunas cervezas más y se hizo espacio entre todos para sentarse en el suelo, a sus pies. — Ya de por sí hoy te nos has colado sin invitación.

Aquello no había sido para nada simpático, André ejercía algún tipo de control que hacía a todos reír con apenas unas palabras, aquello le resultaba abrumador y no sabía cómo expresarlo.

En algún momento su compañero pareció entender porque dirigió la atención de la velada hacia una plática mucho más casual, las rondas de cervezas siguieron y cuando se terminaron siguieron con las botellas y los vasos; eran casi las cuatro de la mañana cuando el último de sus amigos decidió marcharse, el departamento estaba hecho un desastre y ni loco que él iba a hacer algo para ayudar a André quién ya había ido por una bolsa negra para empezar a recoger la basura del suelo.

— Me voy a dormir. — Anunció y sin dar oportunidad de tregua, corrió a su habitación, tanto como el alcohol en su cuerpo se lo había permitido. Sabía que André no estaba mejor que él, pero ese no era asunto suyo.

Llegó por fin a su "cama" el colchón inflable se meció ante la caía estrepitosa de su cuerpo. Estaba completamente muerto, como si por sus ojos hubiese metido esponjas de algodón y ahora todo en su interior fuese suave, esponjoso y blanco.

El sonido de las latas apachurrarse fue su canción de cuna y no supo nada hasta que sintió suaves caricias en su entrepierna, sin pensarlo dos veces, fue abriendo los muslos para permitir mayor tacto, no abría los ojos, pero esas manos las conocía muy bien.

Grandes y demandantes; sutil, sugestivo, erótico.

Sus pantalones quedaron abajo y su ropa interior fue humedecida por una lengua; succión en su glande y un dedo en su trasero. Se calentaba su cuerpo con aquellas caricias, deseaba tanto ser tocado de aquella forma.

Su cuerpo lo sabía y respondía levantando las caderas para un mayor contacto.

Mathew soltó un suspiro profundo cuando sintió un rozar entre sus nalgas y cuando éstas fueron separadas, cuando el asiento caliente rozó en su entrada.

— ¿Lo quieres?

— Alex...

.*.

No había oportunidad de error para ellos. André miró a su compañero de trabajo; las manos empuñadas y el rostro completamente rojo por la ira.

— André, son unos jodidos, sabes que la falla yo la reporté hace un mes... ¿Verdad?

Hombre bajo la lluvia |BL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora