Disclaimer: los personajes y la historia no me pertenecen. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de TouchofPixieDust, yo sólo traduzco.
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Querido bebé:
Tu mamá se ha inflado hasta el tamaño de un globo de aire caliente.
Siempre te querré,
Mamá.
—¡Soy feeeeea!
—Sigue siendo bastante hermosa, señorita Kagome.
—¿Qué quieres decir con que es hermosa? ¡Mantén tus ojos en tu propia compañera, monje!
Kagome se sorbió la nariz, luego empezó a llorar.
—¿Quééééé?
—¡Crees que soy fea!
—¿QUÉ?
Kagome apuntó con un dedo en dirección a Miroku mientras le gritaba.
—¡Le dijiste que soy fea!
—¿Qué? ¡No lo hice!
—¡SÍ LO HICISTeeeeeee! —El grito de Kagome se convirtió en gimoteos—. ¡Todos pensáis que ahora soy fea!
—¡No lo eres! Eres hermosa, Kagome. ¡Dile que es hermosa, monje!
No hubo respuesta. Kagome miró hacia atrás y vio a Sango despidiéndose de ella con la mano desde el lomo de Kirara mientras la gata de fuego emprendía el vuelo. Al parecer, Miroku y familia pensaron que era mejor tomar el camino de regreso más corto hacia la cabaña de Kaede. Genial, había ahuyentado a sus amigos con su mal carácter. Se habría dejado caer al suelo con frustración, pero estaba demasiado grande como para dejarse caer en cualquier lado. El pensamiento hizo que sus ojos se volvieran a llenar de lágrimas. Una mano se posó gentilmente en su hombro y miró a unos preocupados ojos dorados.
—¿Estás bien? —preguntó con nerviosismo.
—¡Estoy gorda! —gimió, luego intentó abrazarle, solo para descubrir que sus brazos casi no podían rodearlo con su barriga en medio. Esto solo hizo que su llanto se incrementara en tono y volumen—. ¡Y soy feeeea!
Inuyasha se puso rápidamente detrás de ella y la rodeó con sus brazos desde atrás, abrazándola contra él.
—Eres hermosa —susurró en su oído antes de acariciarle el hombro con la nariz—. Y tienes dentro a nuestro bebé. No hay nada de feo en eso.
Kagome se volvió a sorber la nariz, luego se secó los ojos.
—Toda mi ropa se me ha quedado pequeña... y hace una eternidad que no me veo los pies —se quejó.
—Siguen ahí —le aseguró.
—Y no he podido depilarme las piernas ni nada. ¡Parezco un gorila!
—¿Qué?
—¡Y ando como un pato!
—Eso es porque estás... —Se detuvo. Luego cambió de idea sobre lo que iba a decir—. No andas como un pato. Y no pareces un gorila. Si me dices cómo, yo te depilaré tus estúpidas piernas por ti, si tan importante es.
Kagome dejó de llorar (gracias a las estrellas) y alzó la mirada hacia él con los ojos con forma de estrella. Era su héroe.
—¿Lo harás?
—Eh... claro.
—¿Y me pintarás las uñas de mis pies?
—Kagomeeeeee... ¡esa cosa apesta!
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El bebé de Inuyasha
Fanfiction[Secuela de El bebé de Kagome] Extracto del capítulo uno: -Sabré si la has tocado en donde no deberías -gruñó Inuyasha-. Y si descubro que le has puesto una mano en un sitio inapropiado, iré a por ti. Sabes lo que significa destripar, ¿no? El hombre...