Un día de primeras veces

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Disclaimer: los personajes y la historia no me pertenecen. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de TouchofPixieDust, yo sólo traduzco.

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Feliz primer cumpleaños, mi dulce Hikari:

¡Ya tienes un año! ¡Es tan difícil de creer! Parece que fue ayer cuando naciste. ¡Estás creciendo muy rápido! ¡Y te estás convirtiendo en una niñita muy guapa! Todo el que te ve, te adora. Derrites el corazón de todo el que conoces, incluso el de alguno de los aldeanos que odia a los demonios y el de aquellos que tienen sangre demoníaca.

Estoy muy, muy orgullosa de que estés aprendiendo tan rápido... Pero, de verdad, Hikari, la primera palabra para la mayoría de los bebés es mamá o papá. Y no importa lo que digan los DEMÁS, me niego a creer que Garras sangrientas pueda ser tu primera palabra, bueno... frase. Esos solo fueron balbuceos que sonaron como palabras. Lo fueron.

Afortunadamente, pudimos capturar la mayoría de las primeras veces en vídeo. Agradezco que Miroku y Sango estuvieran interesados en cómo funcionaba la cámara de vídeo y de que pudieran capturarlos.

Tu amorosa mamá

Las lágrimas le escocieron en los ojos a Kagome mientras Hikari daba su primer paso tembloroso. Por un momento pensó que su hija estaba intentando caminar hacia ella... pero solo por un momento. Aun así, atesoró ese momento.

Shippo había estado intentando convencer a la pequeña todos los días para que caminara desde hacía casi dos semanas. Algunos días, sin importar lo dulce y conmovedora que era la escena, realmente llegaba a poner a Kagome de los nervios. Una persona puede soportar que Shippo use ESE tono en su voz un cierto número de veces antes de querer arrancarse sus propios oídos. Pero no funcionó nada. Ni las promesas de dulces, ni de juguetes, ni dulces palabras, ni promesas de darle cualquier cosa que quisiera.

¿Qué funcionó?

Kagome hizo una mueca. Si el pelo plateado y las adorables orejitas de cachorro de la cabeza de su hija no eran una pista de que era la hija de Inuyasha, esto ciertamente lo era.

Ramen. Hikari captó el olor de ramen con sabor a pollo. Había estado observando a Kagome mientras hacía la cena, sus ojos tormentosos chispeaban de interés. Pero todavía no le habían permitido probar la comida que olía de manera deliciosa. Demasiado sodio, le había dicho Kagome a su suplicante marido cuando la intentó convencer de que dejara que Hikari probara un bocado. Inuyasha le había gruñido a Hikari mientras la alimentaba con la papilla de los potitos que se suponía eran nutritivos. Ella intentó mantener el rostro firme y fingir que no le había oído prometer a la pequeña que, tan pronto como fuera lo suficientemente mayor, le haría la mayor cazuela de ramen DEL MUNDO y no dejarían que mamá probara un bocado.

Cuando Kagome estaba a punto de darle a Inuyasha su tazón de ramen, soltó una exclamación al ver a Hikari estudiándola un momento, luego pareció tomar una decisión y comenzó a ponerse de pie usando el pelo de Shippo (quien estaba acostumbrado a que Hikari le tirara del pelo).

—¡Rápido! —dijo Kagome entre dientes—. ¡Coge la cámara!

Miroku ya estaba jugando con la cámara de vídeo que Kagome se había traído en su último viaje al futuro (un regalo de su madre, pero en realidad era para su madre, para que pudiera hacerse copias de las crónicas de Hikari), así que la apuntó rápidamente hacia la niña.

Pero antes de que el picor de detrás de sus ojos se convirtiera completamente en lágrimas, Kagome se dio cuenta de que los ojos de Hikari no estaban puestos en ella, sino en el tazón de ramen que sostenía en sus manos. Un paso se convirtió en dos, luego en tres. Se tambaleó durante un momento, luego sus pasos se volvieron más seguros mientras avanzaba hacia su madre. Sostuvo en alto sus bracitos regordetes y alzó la mirada, y Kagome la vio con sus ojos de cachorrita bien abiertos y sus adorables coletas... con los lazos sin desatar.

El bebé de InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora