Cita de juegos

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Disclaimer: los personajes y la historia no me pertenecen. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de TouchofPixieDust, yo sólo traduzco.

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Queridísima Hikari:

Sé que pasamos mucho tiempo en el pasado. Pero habíamos decidido hace mucho que te criaríamos en ambos mundos. Me temo que puede que hayamos tenido tendencia a dejarte un poco libre demás en el pasado y es hora de enseñarte a llevarte bien con otros niños de tu edad. Aunque hemos viajado frecuentemente para visitar a tu abuela, no hemos hecho mucha vida social con gente de fuera de nuestra familia. Y como VAS a ir al colegio, ya va siendo hora de que te enseñemos a comportarte como una niña pequeña moderna.

Buena suerte para todos nosotros.

Tu cariñosa mamá

—De verdad pienso que no deberías leerle a tu hija tantas historias de miedo...

Fue difícil, pero Kagome consiguió mantener una sonrisa en su rostro y hacer un sonido evasivo. Este no era el primer comentario sobre qué estaba haciendo mal como madre. Casi se arrepintió de haberle hecho jurar a Inuyasha que se comportaría de la mejor manera posible. De hecho, casi se arrepentía de la decisión de aceptar la invitación para la cita de juegos, en primer lugar. Dejar que Hikari jugara con niños de su edad (supervisada atentamente) había parecido una buena idea en su momento. La interacción con otros niños era buena, saludable incluso. Si iba a ir al colegio en el presente, necesitaría aprender a comportarse en situaciones sociales. Sin embargo, en ese momento, Kagome se estaba inclinando fuertemente hacia educarla en casa. También sonaba bien ser ermitaña.

Parecía... equivocado estar allí. Le preocupaba que enseñarle a Hikari que tenía que ocultar sus orejas le hiciera sentir como si fueran algo de lo que avergonzarse. Dolía pensar que su hija pudiera sentirse marginada. Kagome suspiró, Hikari SERÍA diferente de los demás niños. Más rápida. Más fuerte. Por no mencionar las bonitas orejitas que en ese momento llevaba ocultas bajo cuatro coletas (dos por delante de su oreja y dos por detrás, con los siempre presentes lazos... uno de algún modo siempre desatado) y todo eso de poder transportarse a través del tiempo.

¿Estaba haciendo algo incorrecto? ¿Deberían abandonar la idea de mandar a Hikari al colegio para que recibiera una educación?

—... Le he oído decirle a mi pequeña Kiko que puede haber demonios debajo de su cama, no monstruos. ¡Demonios! ¡En serio, Kagome! ¡No deberías llenar la preciosa cabecita de esa niña con esas espantosas tonterías!

Preciosa. La palabra la había dicho con demasiada dulzura. Por lo menos, en el pasado, Hikari podía ser ella misma. Aquí tenía que escuchar a gente haciendo comentarios desdeñosos sobre su pelo (si UNA. SOLA. PERSONA. MÁS. La acusaba de teñirle el pelo a su hija y de ponerle extensiones, ¡Kagome NO se iba a hacer responsable de sus actos!) o sobre sus dientes súperafilados y sus inusualmente afiladas uñas. ¿De verdad quería exponer a su hija a toda la gente de mente estrecha del mundo que iba a emitir juicios en función de su apariencia?

Y no necesitaba los agudos sentidos de Inuyasha para ver cómo los padres habían estado apartando a sus hijos de Hikari.

Kagome mantuvo sus ojos sobre su hija mientras esta jugaba en el cajón de arena. La pequeña estaba explicándole pacientemente al último niño que quedaba que tendrían que cruzar el río (que había cavado alrededor del cajón) para poder ocultar sus olores. Alzó la vista hacia los árboles, sonrió alegremente y se tocó la nariz. Luego explicó que las narices te ayudan a encontrar cosas... incluso cuando al último niño lo estaba llamando su madre para que fuera al tobogán. Kagome cerró las manos en puño y estaba lista para coger a su familia, dirigirse al pasado y quedarse allí, pero Hikari la miró y sonrió animadamente antes de volver a centrarse en crear su propio mundo en la arena. Los palos se convertían en árboles, las rocas se volvían peñascos y casas. Kagome se relajó un poco cuando el pequeño perdió el interés en el tobogán y volvió al cajón de arena con los puños llenos de hierba y de palos para ayudar a arreglar el mundo de Hikari en la arena.

El bebé de InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora