Disclaimer: los personajes y la historia no me pertenecen. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de TouchofPixieDust, yo sólo traduzco.
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¡Hola, hermanita!
Miroku está ayudándome a escribir esto. Pero las palabras son mías. No te preocupes, aprenderé a escribir yo solo para poder ayudarte cuando sea el momento de que tú aprendas. ¡Nuestra mamá sabe escribir todas las palabras del mundo entero! Yo también las voy a aprender.
Mamá está muy enferma ahora mismo, pero Inuyasha va a hacer que todo esté bien. Así que no te preocupes. Todo irá bien. No prestes atención a todas las maldiciones. Inuyasha solo está un poco preocupado. Además, su hermano mayor vino y esos dos nunca se han llevado bien. Pero yo seré un hermano mayor genial. Y no nos pelearemos como lo hacen esos dos. ¡Siempre podrás contar conmigo!
Estoy muy contento de que estés aquí. Vamos a hacer toda suerte de cosas divertidas juntos. ¡Incluso te dejaré usar mis pinturas! Solo intenta no romperlas. O rasgar el papel. O morderlas.
Con amor, tu hermano mayor
Shippo estaba preocupado por Kagome. Quería estar dentro con ella, pero en vez de eso, Miroku le había sugerido que escribiera algo para su nueva hermanita. No era tonto. Sabía que era solo para mantenerlo alejado de allí. De algún modo, estaba un poco agradecido. Pero solo un poco. Era duro ver sufrir a Kagome y a Inuyasha. Tenía miedo de perder a su familia. Si Kagome... si le pasaba algo, Inuyasha estaba seguro de que pronto la seguiría. Recordaba los votos que Kagome e Inuyasha habían prometido cuando se convirtieron en compañeros y cómo habían unido sus vidas. Tanto si la intención era atar literalmente sus vidas como si no, Shippo sabía que el hanyou no podría vivir sin su miko.
De repente se sintió muy solo.
—¿Puedo cogerla? —le preguntó el zorrito a Sango.
La exterminadora de demonios había sacado tanto a la bebé como a Shippo de la cabaña casi tan pronto como Sesshomaru puso un pie en el porche. Había dicho que era para tomar un poco de aire fresco, pero Shippo sabía que era para mantenerlos a salvo. Después de todo, estaban todos dentro de la barrera de Miroku. Claro que el sobreprotector padre normalmente mantenía levantada la barrera cuando estaba vigilando a sus tres niños, pero el zorrito nunca había sido forzado a permanecer dentro de ella antes. Con este hechizo en particular, nadie podía entrar y nadie podía salir (sin importar cuánto lo intentaran las gemelas). Tendría que aprender ese hechizo tan pronto el bebé empezara a moverse...
—Siéntate —le dijo Sango amablemente—. Abre los brazos.
Con cuidado, colocó a la bebé en los brazos de Shippo. Era cálida y suave y olía bien. Sintió que su corazón se llenaba, como si fuera a estallar. Esta era su hermanita. ¡SUYA! Su familia. En ese momento supo que la protegería con el último aliento de su cuerpo. Ella era su responsabilidad. Suya para enseñarle y protegerla. Cuando sus pequeños deditos rodearon uno de los suyos, supo que haría cualquier cosa por ella. ¡Cuando empezó a morder su dedo se dio cuenta de que ella era la cosa más preciosa en el mundo entero! ¡Y era suya!
Le enseñaría todos sus trucos de kitsune. ¡Toda su magia! Y le enseñaría a leer y a escribir (tan pronto como él aprendiera). Y puede que incluso aquella cosa de las mates de la que hablaba Kagome. También se lo enseñaría. Y a pescar, a subir a los árboles, a jugar, a transformarse, a encontrar bayas de las ricas (no de las asquerosas) y...
—Ohhhhhh —arrulló Shippo y se derritió internamente cuando ella hizo un sonido de borboteo—. ¡No es eso adorable!
—Acaba de escupir... —dijo Miroku con una mueca.
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El bebé de Inuyasha
Fanfiction[Secuela de El bebé de Kagome] Extracto del capítulo uno: -Sabré si la has tocado en donde no deberías -gruñó Inuyasha-. Y si descubro que le has puesto una mano en un sitio inapropiado, iré a por ti. Sabes lo que significa destripar, ¿no? El hombre...