Mamá vs. Inuyasha

651 67 4
                                    

Disclaimer: los personajes y la historia no me pertenecen. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de TouchofPixieDust, yo sólo traduzco.

-x-

Querido bebé:

Eres un bebé muy especial y crecerás para llegar a ser una persona muy especial. No solo eres hijo de un medio demonio y de una miko, también eres hijo de dos mundos. Sí, puede llegar a ser algo complicado. Pero no te preocupes, te contaremos toda la historia de cómo fuimos capaces de cruzar el tiempo y conocernos. Técnicamente, yo crucé el tiempo primero y lo conocí a él, pero esa es una larga historia.

La mayoría de la gente no tiene que pensar demasiado sobre dónde nacerán sus bebés. Generalmente es en el hospital al que los manda el médico al que han estado yendo. Aunque algunos escogen dar a luz en casa con una comadrona en vez de eso. Y también está esta cosa verdaderamente interesante que he oído sobre el parto bajo el agua. Tu padre y yo tenemos que decidir entre un hospital y... una especie de comadrona. Una miko, en realidad. Kaede. Para cuando leas esto, sabrás quién es Kaede y por qué es importante para nuestra familia.

Pero también tenemos que decidir CUÁNDO tenerte. No, no programar un nacimiento. (Aunque agradecería que no decidieras nacer en mitad de la noche o a altas horas de la madrugada. Inténtalo hacia la tarde-noche, cariño.). ¿Te tendremos en la época en la que nací yo, o en la de tu padre?

Estoy segura de que seremos felices sin importar dónde o cuándo elijamos.

Siempre te querré,

Mamá

—No.

—Sé razonable, Inuyasha.

—NO.

—¡Tienes que atender a razones!

Inuyasha gruñó.

—¡SOY razonable, señora Madre de Kagome! ¡La respuesta es no!

Unas manos normalmente gentiles se estamparon contra la mesa, haciendo que Kagome se sobresaltara y derramara un poco de su té caliente sobre la mesa. Inuyasha miró brevemente hacia ella, asegurándose de que el líquido no la hubiera tocado, luego volvió a mirar con furia a su madre. Ella intentó evitar sonreírle por su preocupación. Pero la mitad de una pelea no era el momento para empezar a ponerse empalagosos. Además, esto era serio. Esto iba a afectar al resto de sus vidas. Y ella se estaba viendo forzada a tomar una horrible decisión. Le empezó a doler la cabeza y perdió el apetito... lo que era bastante increíble, teniendo en cuenta que últimamente tenía un hambre atroz. Apartó el plato de galletas que su madre le había puesto delante solo momentos antes de que empezase el debate. Por supuesto, no había hecho falta mucho tiempo para que el debate se convirtiera en discusión.

—¡TIENE que tener al bebé aquí!

—¡Va a tener al bebé en la aldea!

—¡Le dolerá! ¡Necesita un médico!

—¡Confío en Kaede!

El gruñido de frustración no vino del demonio perro. Kagome miró a su madre con sorpresa. Nunca antes la había visto tan frustrada y enfadada. La única vez que la había visto de una forma que no fuera dulce y serena había sido cuando había muerto su padre. ¡Incluso entonces no fue nada como esto! Era como observar uno de esos documentales donde la mamá oso está defendiendo a sus oseznos. Daba, bueno, un poco de miedo, en realidad.

—¡El bebé estará a salvo aquí!

Esta vez fue Inuyasha quien gruñó.

—¡Puedo mantener al cachorro a salvo!

El bebé de InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora