Luna sonriente

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Disclaimer: los personajes y la historia no me pertenecen. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de TouchofPixieDust, yo sólo traduzco.

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Mi dulce Hikari:

¡No me puedo creer cuánto has crecido en tan solo un mes! Eres tan hermosa y preciosa. ¡Nunca ha habido un bebé más hermoso que tú! Oh, ¡y tus diminutas orejitas son tan adorables que no puedo evitar tocarlas todo el tiempo! Todos comentan cuánto pelo tienes ya.

Tu padre y yo tenemos una pelea en curso en cuanto a ponerte lazos en el pelo. Yo no paro de ponerlos y él no para de quitarlos. Para ser justos, es porque él dice que TÚ te los quitas, así que no deben de gustarte. ¡Pero te quedan tan adorables en el pelo! Cuando seas un poco más mayor, probablemente tengamos que usar lazos o sombreros para esconder tus orejas cuando vayamos a visitar a la abuela. Por supuesto que ella adora tus orejas, pero en el futuro (de donde yo vengo) la gente no suele tener orejas como las tuyas o las de tu padre, y a nosotros nos gusta pasar desapercibidos. Bueno, al menos lo intentamos. Todo tendrá sentido cuando seas más mayor.

Cariño, habrá momentos en los que tu padre te haga subirte por las paredes. Puede ser muy sobreprotector, hasta el punto de a veces ser asfixiante. Pero solo tienes que recordarte que lo hace porque te quiere y está preocupado por ti y quiere mantenerte a salvo. Puede que te lo tengas que recordar una y otra vez. Y una vez más.

Hablando de cuando seas más mayor, vas a pasar por algunos cambios una vez al mes. Pueden dar un poco de miedo al principio, pero es perfectamente normal. Probablemente te sientas confusa y puede que enfadada, pero eso es perfectamente normal. Si tienes alguna pregunta o preocupación, puedes hablar con nosotros en cualquier momento.

Siempre estaremos aquí para ti.

Tu cariñosa mamá

Era completamente probable que Inuyasha no viviera para ver la fiesta que se hacía por el mes que cumplía su hija. Puede que lo matara antes de la fiesta.

Era dulce. Y ella lo amaba. Pero su sobreprotección estaba empezando a atacarle de verdad sus nervios. En serio, nunca se había sentido mejor en su vida, pero él seguía tratándola como si fuera a romperse en cualquier momento. Intentaba recordarse a sí misma que estaba un poco paranoico porque casi había muerto... bueno, técnicamente HABÍA muerto, pero no pensaba que él necesitara saberlo todavía. O nunca, en realidad. ¿No era no tocar un tema una especie de mentira?

Kagome respiró hondo y saltó.

Inuyasha y Hikari la estarían esperando en el otro lado. Sonrió al pensar en eso.

Este no era el primer viaje de Hikari al futuro. Era el sexto. Su primer viaje fue un par de semanas después de que naciera. Había sido una pelea conseguir que Inuyasha dejara que Kagome saliera de la cabaña durante más que unos cuantos metros, aunque ella estaba perfectamente bien. Pero a ella no le importaba. Un par de días después de que... eh... despertara e Inuyasha volviera de su búsqueda inútil (se recordó volver a agradecerle a Sesshomaru por eso, ¡de otro modo estaría confinada en la cabaña durante meses!), los trasladaron con muchísimo cuidado a su propia cabaña. Inuyasha la había construido él mismo. Era... una cabaña interesante. Pero para él había sido importante construirla. Lo había hecho para sorprenderla como regalo de boda.

Su hogar no estaba EN la aldea, pero estaba cerca. Cerca del pozo. Pero también bastante bien escondida. La cabaña desde el exterior parecía una casa diminuta de una habitación. Había un porche diminuto con un columpio sin apoyos que debía de haber sacado a hurtadillas de su época. La habitación de dentro era bastante acogedora, con un hogar y ventanas en cada pared. En cada pared, excepto en la pared de atrás.

El bebé de InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora