II: Convivencia

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— Harry, debo pedirte algo.

— Acepto.

— Pero muchacho...

— Viviré aquí, vigilaré a Bellatrix profesor.— Dumbledore se quedó estupefacto.

— No era eso de lo quería hablarte, pero ya que insistes...— Harry se sintió tonto. Retractarse ya no era una opción, así que bajó la cabeza azorado y esperó que el director volviera a hablar —. Quiero que hagas el juramento inquebrantable con Bellatrix. — Harry no tenía la más mínima idea de qué era un juramento inquebrantable. Notándolo, el director se apresuró a explicar —: El juramento inquebrantable es un hechizo en el que un mago o bruja hace un juramento a otro. Si se rompen los términos del juramento, la persona que lo rompa morirá. — El chico se sintió amedrentado de repente —. Pero tranquilo, ella será la que jure, tú sólo serás el sujeto del juramento.

— Si es seguro, lo haré.

— ¿Qué harás?— inquirió bellatrix, quien bajaba las escaleras con el cabello mojado llevando un vestido verde brillante con el usual corset y unas botas altas con taco.

— ¿Tan rápido, Bella?— preguntó divertido Dumbledore.

— Soy una mujer sencilla— respondió sarcástica.

— Bueno, llegas justo a tiempo. Ya sé cómo asegurarme de que podremos confiar en ti.

— ¿Cómo sería?

— Tú y Harry realizarán el juramento inquebrantable.— Ella asintió lentamente y posó sus ojos profundos en el chico. Sin cavilaciones y sin dejar de mirarlo, respondió

— De acuerdo.— Dumbledore sonrió con alivio y anunció:

— Correcto entonces, volveré hoy por la tarde para que lo hagamos. Primero debo aclarar unas cosas con el ministerio y la orden. Harry, tú...

— Está bien, señor. Nos vemos luego— se adelantó el muchacho, quien aún mantenía la mirada conectada con la de Bella.

El director se marchó entonces, luego de asegurar a Harry que hablaría con los Weasley y explicaría la situación con particular cuidado a Molly. La bruja oscura se mofó de la madre de Ron cuando el director desapareció. Harry recordó entonces su aversión hacia Bellatrix y se fue a la cocina, buscando alejarse de ella.
Kreacher estaba limpiando mientras murmuraba insultos por lo bajo. Insultos que el chico entendió, iban para él. No le hizo caso, no le interesaba.

— Potter, aquí estabas.

— ¿Necesita algo?— preguntó cortante el chico, al tiempo que se preparaba un sándwich de corned beef.

— Preguntarte si sabes exactamente lo que es un juramento inquebrantable— contestó ella burlona. Harry se encogió de hombros sin mirarla y siguió a lo suyo.
Bellatrix se sentía estúpida. Sin varita, indefensa y ridícula; rogando por la protección de quienes ella consideraba inferiores —. ¿Qué se supone que haces?— siguió ella con tono de suficiencia.

— Me hago un sándwich, tengo hambre. ¿Quieres?

— Ese trabajo es de los elfos domésticos — dijo despectivamente mirando a Kreacher con aprehensión.

— Oh sí, Kreacher hará algo para el mestizo traidor a la sangre que profana la casa de los amos de Kreacher sólo porque es un elfo. Kreacher tiene tantas ganas de servirle a Harry Potter...— Bellatrix abrió los ojos con horror.

— Ya lo oyó usted misma: Kreacher tiene muchas ganas de servirme— lo arremedó Harry. Bellatrix clavó sus ojos furiosos en el muchacho y habló a continuación levantando la voz.

Sí, Yo maté a Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora