Durante la semana siguiente, Harry se estrujó el cerebro buscando una manera de que Slughorn le entregara el auténtico recuerdo, pero no se le ocurrió ninguna idea genial y acabó recurriendo a lo que últimamente solía hacer cuando se sentía perdido: enfrascarse en su libro de Pociones con la esperanza de que el príncipe hubiera garabateado algún comentario útil en alguna página.
—Ahí no vas a encontrar nada —le dijo Hermione el domingo por la tarde.
Harry no le hizo caso. Acababa de encontrar un conjuro (¡Sectumsempra!) escrito en un margen, seguido de las intrigantes palabras «para enemigos», y se moría de ganas de probarlo. Pero no le pareció oportuno hacerlo delante de Hermione, así que dobló con disimulo la esquina de la hoja. Estaban sentados debajo de la gran haya junto al lago. Olive estaba ahí. Harry tenía su cabeza sobre el regazo de la chica y esta jugaba con su cabello. Últimamente esa escena era normal: Olive se había vuelto casi una más. Se llevaba bien con Ron dentro de lo que cabe y a Hermione le gustaba hablar con ella. El único inconveniente que Harry tenía con su novia era lo celosa que esta se ponía de la nada en cualquier momento y por cualquier tontería. Además su carácter era muy malo todo el tiempo y se enojaba con mucha facilidad, llegando a sacar la varita en el pasillo para lanzarle un encantamiento aturdidor a Romilda Vane porque la chica había girado para mirar a Harry.
Cada vez discutían más seguido y casi siempre era por esos mismos motivos, pero nunca permanecían enojados más de unas pocas horas antes de reconciliarse. Hermione estaba preocupaba porque sabiendo lo que su amigo le había contado sobre Bellatrix, creía que su relación con Olive no era más que el resultado del despecho.—La gente está volviendo —anunció Ron, levantando la vista. Sin desearlo realmente, los cuatro se pusieron de pie y enfilaron hacia el castillo uniéndose a la multitud que se dirigía al comedor. En la entrada, Harry y Olive se despidieron con un beso y fueron los tres amigos a su mesa y la chica a la suya.
De regreso en la sala común luego de cenar, hubo cierto alboroto porque en el tablón de anuncios habían puesto un letrero con la fecha del examen de Aparición. Los alumnos que el 21 de abril (fecha del primer examen) tuviesen diecisiete años podrían apuntarse a sesiones de prácticas complementarias. Se realizarían en Hogsmeade rodeadas de estrictas medidas de seguridad. A Ron le entró pánico al leer la noticia porque todavía no había conseguido aparecerse y temía no estar preparado para aprobar el examen; Hermione, que ya había logrado aparecerse dos veces, se sentía un poco más confiada, pero Harry, que cumpliría los diecisiete años cuatro meses más tarde, no podría examinarse aunque estuviera lo bastante preparado.
— ¡Pero tú al menos sabes aparecerte! —le dijo Ron con nerviosismo—. ¡Cuando llegue julio no tendrás ningún problema!
—Sólo lo he hecho una vez —le recordó Harry. Al fin, en la última clase, había conseguido desaparecerse y rematerializarse dentro de su aro. Ron, que había perdido bastante tiempo hablando de sus preocupaciones respecto a la Aparición, se decidió a terminar una redacción condenadamente difícil, encargada por Snape, que Harry y Hermione ya habían acabado. Harry estaba convencido de que Snape iba a ponerle mala nota en ese trabajo por haber discrepado con él sobre la mejor forma de enfrentarse a los dementores, pero no le importaba: lo que más le interesaba en ese momento era el recuerdo de Slughorn.
— ¿«Velijerante» va con uve? —dijo Ron, sacudiendo la pluma entre los dedos y sin desviar la vista de su hoja de pergamino—. Creía que iba con be.
—Va con be y ge —corrigió Hermione echando un vistazo a la redacción—. Y «augurio» se escribe sin hache. ¿Qué pluma estás utilizando?
—Una de las de Fred y George con corrector ortográfico incorporado. Pero me parece que el encantamiento está perdiendo su efecto.
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Sí, Yo maté a Sirius Black
FanfictionElla mató a Sirius Black y él la quiere matar a ella. Sin embargo, se darán cuenta que tienen más cosas en común de lo que jamás hubiesen imaginado. Harry Potter estaba ya dispuesto a que su vida fuera de complicada a complicadísima mientras aguarda...