Veintisiete

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Damian

-¿Así que Alysa, no?-, preguntó el anciano mirándome fijamente. Fruncí el ceño y asentí, no quería que me estuviera haciendo preguntas tontas, sino que hiciera algo-, ¿qué le pasó?-, juro que si él no fuera el indicado para curarla, ya lo hubiera matado. Me desesperaba saber que lo que estábamos haciendo ahora era perder el tiempo, ¡el maldito tiempo!

-Me vas a ayudar o no-, exigí bastante serio. Ya había llegado a mi límite y si seguía preguntándome estupideces, juro que en unos segundos su cabeza estaría rodando por algún barranco que encontrara-, me vas a decir qué tiene sí o no-, trataba de no gritar pero las ganas de matar a alguien me estaban invadiendo y ver al viejo delante mío no ayudaba.

-Mira, ella está en peligro-, ¡eso ya lo sé!-, ¿me dices que es Alysa, no?-, si pudiera dar una gran bocanada de aire lo haría pero no puedo así que asentí lo más calmado que pude-, bien. Alysa está en un tipo de trance del cual no va a poder salir fácilmente-, ¿siempre a los viejos les gustaba dar vueltas sobre lo mismo?-, esto es peor que magia negra, hace años que no veía de este tipo-, bueno, era algo.

-Entonces-, tenía que haber una forma para que Alysa volviera a la realidad. Tenía que quitarla de ese horrible trance.

-No-, ¿ahora a qué rayos se refería?-, hay una solución pero no te la voy a dar-, esto era suficiente. Estuve escuchándolo hablar como hace una media hora para que ahora me dijera no.

-Me vas a decir qué tengo que hacer para poder salvarla porque no he venido hasta aquí para escucharte hablar un buen rato y luego me digas no-, estaba a punto de hacer una locura pero confiaba con que él sería razonable. De repente, lo viejo era lo que le estaba afectando.

-No lo voy a volver a repetir-, asentí-. Se tiene que sacrificar almas, hacer contacto con la naturaleza estando en un lugar cerrado-, qué carajos-. Pero se tiene que hacer con por lo menos una persona débil para que su alma también sea absorbida-, Tenía que ser una maldita broma-. Y para que ella venga de vuelta tienes que hacer lo mismo pero en un lugar abierto-, carajo, ¿todo tenía que ser tan complicado siempre?

-Todo es un desastre-, no puedo. Todo se complica siempre, cada vez que trato de arreglar las cosas pareciera que el mundo me diera una patada muy fuerte en el trasero. <<Si fueras otra persona...>>

¿Cómo podía ser tan idiota? Ahora ya entendía todo. Berit había muerto para que su alma pudiera ser usada, Benjamin estaba dolido por la muerte de ella y Alysa estaba sufriendo. Todos estaban en un punto donde estaban débiles y de eso se aprovechó Cloé. Esa perra sí que sabía cómo hacer las cosas.

-Tú eres el desastre-, escuché una chillona voz detrás mío. Sonreí falsamente y di la vuelta, ahí estaba con su mirada clavada en mí y en todos mis movimientos, ¿qué carajos hacía aquí?

Se acercó a mí y me rodeó, las ganas de estrangular a alguien volvían a aparecer. Empezaba a creer que este sentimiento solo aparecía cuando ella estaba cerca. Sentía la mandíbula tensa y los puños igual, si Cloé no fuera mujer ya no hubiera una Cloé, sería cosa del pasado.

-¿Qué haces aquí?-, gruñí-, ¿tanto me amas que no puedes estar sin mí por más de un segundo?-, le dije arrogante.

-Créeme que no quiero estar aquí-, y una estúpida sonrisa salió de su boca. Una fuerte cachetada fue la que hizo que mi odio creciera hacia ella, quería que su cabeza rodara pero no podía, no debía... Por ahora.

-Eres un asco-, dije con repugnancia.

-Eso no era lo que decías cuando..-. Hablaba con una sonrisa.

-Cállate-, fruncí el ceño-, ya borré todo relacionado contigo-, me miró ofendida y negó divertida.

-Soy tuya-, habló burlonamente-, siempre y para siempre-, rió. Iba a contestarle pero un fuerte golpe en el pecho me hizo agachar la cabeza-, bye, nene-, fruncí el ceño cuando choqué contra la pared, ¿cómo rayos lo había hecho?-, ten cuidado con tus amigos-. Rodó los ojos y miró divertida a Dominik.

¡Maldito infeliz!

-Eres un cobarde, rata asquerosa. Nunca confié en ti, no me sorprende que siempre seas débil con las mujeres, estúpido mujeriego. Espero que te vayas directo al infierno por imbécil-, sentía que el cuerpo comenzaba a quemar, sabía lo que el cabrón hacía, como era un viejo estúpido esta era su única manera de "hacerme sufrir".

-Se tiene que hacer lo que se tiene que hacer, no es mi culpa que todos los infelices tengan que pagar todas sus idioteces y no es mi culpa que ya haya llegado tu turno-, reí por sus tremendas tonterías, ¿es que acaso este estaba tomado o algo? Seguro era cámara escondida.

Me daba tanta risa que creyera que me iba a pasar algo. Definitivamente alguien sufriría hoy y ese no sería yo.

-Te crees el macho, pero adivina qué, hay algo que te debilita y lo he descubierto. Eres tan imbécil que lo hacías tan obvio. Si tanto lo quieres lo hubieras pedido-, trataba de pensar qué era pero nada, no salía nada. Esta también estaba tomada.

-Alysa, levántate rápido-, gritó Dominik y miré a Alysa molesto y preocupado a la vez. Quería atacar al maldito viejo pero no podía moverme, era imposible que me retuvieran por tanto tiempo.

No había funcionado, seguro por lo viejo que era. Alysa había despertado, y eso lo sabía porque volvía a sentir su corazón latir con regularidad. Me acerqué a ella y la abracé, el olor a jazmines inundaba la zona, como siempre.

-Alysa-, sonreí y ella hizo lo mismo. Me abrazó y yo imité lo que hizo. Ella estaba de vuelta, sí, ahora lo confirmaba: era cámara escondida.

-Damian-, habló y la miré atento, iba a decir algo más pero se quedó callada. ¿Es que acaso el gato le había comido la lengua? Quería decirle algo pero fue demasiado tarde.

-Es tiempo-, la voz chillona habló. ¿Ahora qué quería? Alysa apretó mi brazo y gritó, se tocó el pecho y empezó a agitarse. Sentía que los latidos de su corazón se hacían irregulares otra vez, quería hacer algo pero no sabía qué. Vi que una lágrima se deslizó por su rostro hasta caer de su barbilla.

-Aly-, me miró y en sus ojos pude ver el dolor que sentía-, te iubesc, asac ca nu simt durerea (te quiero, ya no sientas dolor)-, le susurré, no quería que ella sufriera más de lo que estaba, ¿por qué le hacían esto? Ella no tenía nada que ver aquí, Cloé era una maldita loca.

-¿Es qué acaso eso se lo dices a todas?-, se burló, ¿por qué no podía ser hombre y así lo mataba?

-¡¿Qué mierda le haz hecho?!-, le grité, ella rió divertida-, contéstame-, hablé exasperado.

-Tranquilo, corazón, todo a su tiempo-, palmeó mi mentón y carcajeó. Lo que más me jodía era el hecho que esto le pareciera tan gracioso.

-Ya se completó-, la voz del viejo tarado se escuchó en toda la habitación, ¿qué carajos? Las luces se apagaron por un segundo y algunos cuadros cayeron al piso. Miré preocupado a Aly porque su corazón por un segundo dejó de latir, ¿en qué se estaban metiendo?

-¿En dónde está mi Honey?-, ¡rayos! La única persona que me decía así era ella. No, esto era una broma, ¡¿qué mierda habían hecho?!

-Anna-, ¿qué hacía acá?

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