1- Alek

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Desperté gracias a los rayos del sol que entraban por la ventana, la ventana que daba una vista hermosa del amanecer.

La luz se reflejaba en el campo de trigo dorado y me encandilaba un poco. Julius
yacía dormido en su cama, cubierto por una sábana blanca. Y yo probablemente era un
desastre, como siempre.

Me levanté y me froté un poco los ojos, doblé las sábanas que había usado y tendí la cama, ya que es lo que hago siempre
al levantarme. Salí de la habitación haciendo el mayor esfuerzo por no hacer ruido,
porque no quería despertar a nadie. El baño se ubicaba al otro lado de la casa así que caminé por el pasillo que conectaba con las escaleras para llegar ahí y justo cuando
iba entrando, me llamaron por mi nombre.

—Alek —me llamó mi hermana sentada en el sofá junto a Roxxanna—, ¡Buenos días!

—Espero que hayas dormido bien —dijo y se puso de pie—. Mi hermano no suele compartir habitación, pero al parecer le diste una buena impresión. No se molestó
en preparar otra habitación. ¿Quieren algo para comer?

Pink y yo nos miramos mutuamente.

—Puedo prepararlo mientras que toman
un baño y se preparan para partir. ¿Que les gustaría?

En estas situaciones, usualmente, tenemos una especie de telepatía y podemos pensar
igual. Y según yo percibía, ninguno de los dos sabía que respuesta dar en cuanto a
su pregunta. No conocíamos ese mundo ni tampoco su gastronomía, pero a juzgar por
los enormes campos de trigo, suponía yo, que se podría hacer pan. Sin embargo preferí no mencionar eso.

Obviamente Pink respondió.

—Lúcete —dijo guiñando el ojo.

Roxxanna avanzó hacia la cocina encogiéndose de hombros.

Yo entré al baño. La verdad me preguntaba si todos los baños tendrían ese mecanismo de burbujas automáticas de la noche anterior.  Efectivamente,  unos segundos después de sumergirme senti como el agua se calentaba hasta llegar a la temperatura correcta y las burbujas emergieron. Realmente me dolia la cabeza al pensar en cómo funcionaba eso, quizás era el agua, quizás era la bañera o quizás era el jabón. Todo era muy nuevo para mi y se supone que yo era el cientifico más prestigiado del mundo en ese momento.  Pero eso era solo en la tierra, y yo ya no estaba en la tierra. Una melancolia pasajera me atravesó.

Supongo que debo contarles un poco sobre nosotros.

Pink y yo dos años atrás éramos adolescentes comunes, corrientes y con problemas, como todos. Huérfanos, debo  agregar. Vivíamos con el viudo  de nuestra tia fallecida que decidió hacerse cargo de nosotros cuando nuestra tía murió en un avión que se estrelló. Todo era normal dentro de lo que cabia a pesar de todo... hasta que un dia recibimos un mensaje anónimo de alguien que afirmaba tener información sobre nosotros y nuestra familia. Cosa que fue muy inesperado y no sabiamos que pensar o decidir. Al final resultó que el mensaje era  de una chica que nos ayudó  a descubrir lo que había ocultado nuestra familia durante muchas generaciones y la familia de la chica también estaba implicada en eso, pero eso no fue de estorbo para ella y pudo hacer lo correcto.  Su familia está en una cárcel especial de la que no podrian salir nunca.

El punto es que nuestra familia ocultaba la entrada que conectaba dos mundos totalmente alternos, una del otro y que siempre estuvieron conectados. Pero el portal solo podía abrirse una vez.  Solo desde la tierra, pues, la información que teníamos no explicaba como abrirlo desde el "otro lado." No podríamos volver en un tiempo al parecer.  Tampoco es que tuviera mucho que extrañar además de John, el hombre que nos crio; Kira, la chica que nos ayudó, Pink tenía un novio y muchos amigos a los cuales debía volver a ver debía volver a ver.  Pero yo estaba solo.

La nación de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora