«Why So Lonely»; Reiner Braun

27.

Se le había olvidado por completo el error de la carta cuando entraron a ese camino a explorar. Era un hermoso paisaje, lleno de vida. El césped era medianamente alto; podían caminar libremente por él, los arbustos eran frondosos así como los árboles. Era una sensación tan tranquila que se les olvidó por completo que estaban ahí por una exploración.
El color de las hojas de los árboles así como de los arbustos y césped, hacia juego con el color de ojos de Ava y de Eren. Algo que ni Mikasa mucho menos Reiner dejaron pasar. Vieron al par de chicos de ojos verdes cuando ellos estaban distraídos mirando a su alrededor, nunca se sintieron tan afortunados en tenerlos en sus vidas.

Iban en parejas ya que el camino no era muy extenso. Reiner iba junto con Ava hasta adelante, Mikasa y Eren iban detrás de ellos, finalmente, Sasha y Armin hasta atrás.

— ¿Ya viste? — preguntó en susurro, Blouse. Armin asintió.

— Hasta cierto punto, me siento feliz por ellos. Están con una persona que sí los quieren — respondió de la misma forma. En voz baja.

— ¿No es curioso que Eren y Ava tengan el mismo color de ojos? — preguntó, interrumpiendo el momento. Ava miró a Eren. Era cierto. No se habían dado cuenta de ese detalle.

— ¡Oye, es verdad! — dijeron a unísono después de una risa.

— Tienen un color de ojos muy bonito — dijo Mikasa, sonrojandose para después cubrir su rostro con su bufanda. Eren se sonrojó por ese comentario. Ava sonrió para después ver a Reiner con esa sonrisa, provocando también su sonrojo.

Al no descubrir mucho y ver que estaba anocheciendo, regresaron a la base.
Dejaron sus caballos en sus lugares para ir a cenar después. Sasha jaloneo a Reiner y a Ava hasta el comedor porque tenía demasiada hambre. Se fueron sin dejar su equipo de maniobras en su lugar.

— Oye, cuatro ojos — dijo, entrando al comedor. Se encontraba Hange, el comandante, Ava con Reiner y Sasha. Al escuchar ese sobrenombre, la mujer lo miró — ¿Por qué me envías esto? — preguntó, dejando un sobre en la mesa. Al reconocer el color de la tinta, se puso tensa. Se le había olvidado completamente.

— ¿Qué? Yo no te envié eso — respondió a la defensiva. Ackerman frunció el ceño por esa respuesta.

— ¿No tiene remitente? — preguntó Erwin, interviniendo. Sólo tres personas sabían de quién era esa carta, y dos de ellas se encontraban ahí.

— No, no tiene. Pero expresa sus sentimientos de una manera muy sencilla y fascinante, eso debo de admitirlo.

— ¡El sargento Hange no fue! — exclamó Sasha, poniéndose de pie, nerviosa. Los mayores la miraron — ¡Fue Ava!

El aire le hizo falta gracias a una presión fuerte en su pecho, las lágrimas amenazaban por salir. Habían enviado mal esa carta. No era para el capitán, sino para el soldado que estaba a su lado.

Levi miró a Ava con sorpresa. Al sentir tantas miradas sobre ella, se levantó rápidamente de la mesa para salir corriendo. Dio un empujón a la puerta sin percatarse de que alguien estaba entrando, ocasionando que lo golpeara.

— ¡Oye, eso dolió! — exclamó Eren, tocando su abdomen. Ava le dio un ligero empujón para poder salir de esa habitación lo más rápido posible. Mikasa y Armin se hicieron a un lado al ver la desesperación por salir pronto — ¡Hey, Ava. ¿A dónde vas?!

Reiner bajó la cabeza, apenado, en el día que pensaba confesarle todo su sentir, se entera de tal cosa. Y todo sucedió en su presencia.

— No sabía que Ava tenía tales sentimientos por ti — comentó Hange seriamente, después rió a carcajadas llamando la atención de todos — ¡Mi hermana está loca! Se enamoró del gruñón de Levi.