23.

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Después de analizar a detalle a la titán, Jean y Ava se lanzaron a ella para atacarla. Mientras que él iba a atacar la nuca, ella iba a atacar las rodillas.
Cuando descubrió a dónde se dirigía exactamente el castaño, detuvo sus pasos para cubrir su nuca. Movió su pierna para recibir a Ava con una patada que, si bien pudo evadir, logró mover su cable del equipo de maniobras ocasionando que ella saliera volando algunos cuantos metros.

— ¡Jean, venga al bastardo que corrió a su muerte! — exclamó Armin. Gracias a esas palabras, es que la titán no atacó al chico. Ava, al reconocer esas palabras, sonrió de lado.

— Bien hecho, Armin — susurró para ella misma. Silbó para atraer la atención de su caballo, el cual, regresó inmediatamente por ella.

— Ese es... ¡Ese es el Titán que lo mató! ¡Corrió a su muerte en el flanco derecho! ¡Vengalo!

A gran velocidad, el rubio pasó al lado de ella, mientras se estaba subiendo a su caballo.

— ¿Reiner?

— ¡Aplastó a mi mejor amigo!

— No... — musitó la castaña —. Si se acerca a ella... No le creerá a Armin... — tomó con demasiada fuerza las correas de su caballo —. Esa perra va por Eren y Reiner le va a decir en dónde está... Maldita sea.

El relincho del animal del que iba subida, llamó la atención de Jean y de Armin. Sin importarle mucho, siguió gritando por un "Eren muerto".

Reiner se lanzó a la Titán Hembra, listo para atacar. Logró verle su rostro, como si quisiera compartir miradas de complicidad con ella, pero a la vez, él estaba nervioso.
La Titán logró sujetarlo en su mano, Armin y Jean temían por la vida de su amigo.

— No... No... — susurró Ava, nerviosa. Ahora sí estaba verdaderamente asustada por él —. Déjalo... ¡Detente. Déjalo! — gritó a todo pulmón. Pero fue demasiado tarde, había hecho fuerza en su mano para aplastarlo. Logró ver cómo la sangre salía de su mano —. Reiner... — detuvo su caballo de golpe.

Al ver un torbellino salir de su mano, se dio cuenta de que estaba bien. Al tocar el suelo, corrió por Armin para alejarse lo suficiente de la gigante. Pero... Ese presentimiento que Ava tenía acerca de la ubicación de Eren, probablemente, haya sido cierto. La Titán nuevamente volvió a correr, pero hacia otra dirección.

— Desgraciada, perra malnacida — dijo molesta. Volvió a emprender su camino hacia ella. Sabía que si se seguía retrasando, perdería a Eren.

Pasó enfrente de Reiner, Armin y Jean, los más altos estaban al pendiente del pequeño, pero al verla pasar, se sorprendieron por eso. La miraron acercarse ferozmente a la titán.

— ¡Ava, detente! — gritó Jean. Eso le puso los nervios de punta Braun.

— La va a matar — dijo Armin, mirando a su compañero más alto.

— Iré por ella — comentó Reiner, dejando en las manos de Jean la venda que le iba a poner a Armin en la cabeza. Había salido herido por un movimiento brusco de la gigante.

— Ya está demasiado lejos —  intervino Armin. Reiner, rezaba para sus adentros en que Ava estuviera bien.

Presionó el pistón, aquel gas saliente del equipo de maniobras llamó la atención de sus compañeros y de su enemiga, el gancho salió en dirección del hombro del titán, dio un salto para que el cable la jalara hasta esa dirección. Con la mano contraria quería atacar a la castaña, antes de que la mano la sujetara de su cuerpo, soltó el pistón ocasionando que el gancho saliera del hombro de la titán y clavara sus cuchillas en la palma de la mano de la titán.

«Why So Lonely»; Reiner BraunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora