17.

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Analizaba a detalle el sótano. ¿Qué zona se pueden usar para atacar a los titanes que estaban rondando por ahí?

— Hay diez vigas — dijo, llevando su mirada hacia los titanes. En el centro había un elevador de madera, al parecer es ahí donde transportaban las cajas con tanques de gas. Llevó su mirada a las armas que se encontraban detrás de ellos —. No podemos atacarlos con las cuchillas porque entre nosotros nos haremos daño también.

— Los 10 mejores soldados pueden ir en las vigas — comentó Armin. Ava lo miró.

— Y con las armas disparamos en sus ojos para cegarlos y ellos puedan atacarlos fácilmente — concluyó Ava. Armin asintió sonriendo.

— Sí, es un buen plan — dijo Ymir, se acercó a Ava para abrazarla de los hombros —. Pero te aviso que nos hace falta uno. Eren está muerto y él era uno de los 10 mejores.

— Entonces sube tú — respondió la castaña mirando a la pelinegra.

— ¿Y por qué no subes tú?

— Ayudo mejor usando las armas de fuego — dijo, le entregó la escopeta a Armin. Ella se soltó de Ymir caminando hasta el rifle que estaba acomodado junto con los demás. Tomó el primero para descolgarlo de su lugar.

— ¿Es eso o le tienes miedo a los titanes? — preguntó, con la intención de provocarla. Todos (incluyendo Mikasa y Annie) se encogieron de hombros por esa provocación. Ava, por otro lado, se mantuvo tranquila. Movió ligeramente su cabeza hacia el lado izquierdo con la intención de verla sobre su hombro.

— Bien — se giró sobre sus talones, caminó hasta Ymir —. Toma — dijo, haciéndole entrega del rifle. La muchacha lo tomó en sus manos, pero estaba sorprendida por su reacción —. Voy a subir. Cuando Armin avise, vas a disparar en los ojos del titán que tengas enfrente. Supongo que puedes con ello, ¿No?

— No obtuve buen puntaje en esa práctica — dijo, llevando el arma al cuerpo de Ava. Esta la tomó con fuerza —. Voy a subir — se dio media vuelta.

— Los demás, tomen un arma y acérquense al elevador. Vamos a disparar justamente en los ojos cuando Armin de la señal — ordenó firme. Los demás asintieron y siguieron su orden —. Asegúrense de que esté cargada.

— Este no lo está — dijo la misma chica que corrió a abrazarla cuando la vio. Ava buscó las municiones, se encontraban cerca de ese gabinete.

— Dámela — estiró su mano, la muchacha se la entregó en su mano —. Acércate, te voy a explicar cómo se colocan las municiones.

Los compañeros que no tenían sus armas cargadas se acercaron a ella para ver cómo es que recarga el arma. Por otra parte, él miraba atentamente a la castaña. Aunque no pareciera, a ella le gustaban mucho las armas de fuego, mientras que a él, le gustaba mucho verla a ella cuando platica de su experiencia con las armas.

— No se llaman balas, sino cartuchos. En donde se almacenan los cartuchos se le conoce como cargador. Este rifle tiene capacidad estándar de 30 cartuchos — sujetó una pequeña caja que estaba cerca del gatillo del arma, lo sacó con algo de fuerza —. Este es el cargador, aquí es donde van a colocar los cartuchos — metió los cartuchos en vertical por el cargador para después volver a insertarlo en su lugar correspondiente. Jaló hacia atrás una pequeña varilla que se encontraba en la parte superior del arma —. Una vez introducidos los cartuchos y haber emsamblado el cargador, van a tirar de esta varilla hacia atrás para preparar el arma para disparar.

Todos siguieron al pie de la letra las indicaciones de la castaña. Mientras que, los diez mejores, comenzaron a subir a las vigas.

— Cuídate — dijo, mirando sobre su hombro al chico. Este, sonrió.

«Why So Lonely»; Reiner BraunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora