«Why So Lonely»; Reiner Braun

28.

Durante el camino, la ausencia de palabras se hizo presente. Eren lograba sentir la tensión que había entre ese par, rogaba por llegar lo más rápido posible a la base.

— Mikasa me dijo que estuve inconsciente por dos días — rompió el hielo.

— Tu estado había empeorado — comentó Eren  —. Los doctores dijeron que fue porque te habías alterado y habías hecho un movimiento brusco, lo cual fue impedimento para que te recuperaras.

— Confesé que fui yo aquel que te enojar. Así que me dijeron que yo debía sanar tus heridas y darte medicamentos — agregó Reiner.

— Sí, pero... Si estuve así por dos días, ¿Cómo le hiciste para darme los medicamentos? — cuestionó con curiosidad.

— Eso... Uhmm... Eso me lo pidieron los doctores diciendo que era la opción más... Factible — intercambió miradas con Eren en el momento en que lo vieron sonrojado.

— Me los diste como si me quisieras dar respiración de boca a boca, ¿Verdad? — dedujo de inmediato. Eren se encogió de hombros, para después, soltar una ligera risa al darse cuenta de que su compañero no había sido tan discreto.

— Sí, así... Así fue — contestó, con su voz temblorosa y el sonrojo en todo su rostro. Ava, por otro lado, bajó la cabeza con una pequeña sonrisa.

— Qué privilegio — comentó. Eren y Reiner la miraron.

— ¿Privilegio? ¿De que te diera los medicamentos?

— De que juntes tus labios con los míos — miró a Reiner, haciendo que su sonrojo incrementara y se pusiera demasiado nervioso. Eren sonrió burlón.

— ¡Aunque! También... Por vía intravenosa.

— ¿Me metiste una aguja en las venas?

— Sí...

— Ahora comprendo porque me dolían mucho los brazos — sonrió —. Agradezco nuevamente las atenciones que me diste, Reiner.

— No te iba a dejar morir. Eres importante para mí — le regaló una pequeña sonrisa.

— ¡Ava! — gritó con júbilo su hermana. La mencionada la miró con una sonrisa. Corrió hasta su pequeña hermana y, al estar algunos centímetros cerca, se lanzó a ella abrazándola y tirándola del caballo. Eren y Reiner se sorprendieron por esa acción de la mayor.

— ¡Hange, ¿Qué fue eso?! — exclamó. Afortunadamente no se golpearon la cabeza.

— ¡Estás bien, estás bien, estás muy bien! — ayudó a sentarla en el suelo para abrazarla mejor. La menor de las hermanas abrió sus ojos como platos al ver la preocupación de la mayor. Correspondió fuertemente el abrazo.

No han pasado muchos días después de haber hecho esa investigación y haber confirmado que Ava y Hange son hermanas, y no ha dejado de preocuparse por ella en ningún momento. Tenían y se daban el tiempo para conversar y conocerse mejor. Algo que, tanto Ava como Hange, buscaron todo el tiempo.

— Vamos adentro, ya íbamos a comenzar a cenar — se puso de pie, ayudándole a levantarse. Se dio cuenta que eran las únicas que estaban afuera, así que detuvo su paso de golpe.

— ¿Qué sucede? — preguntó curiosa.

— Sasha nos dijo la verdad — respondió, Ava bajó la cabeza — ¿Desde cuándo te gusta Reiner? — dio un pequeño codazo. Se sonrojó de inmediato.

— Ah... Desde... Los 10 años — contestó. Hange sonrió.

— Toma — el sobre se lo entregó a su hermana, ella la miró por un par de segundos —. Levi me dijo que te la devolviera y que esta vez te asegurarás de dársela a la persona correcta.