II. POTTERS

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Los días soleados en Londres no son tan comunes como en otros lugares, por lo tanto, un día soleado como el de un sábado de junio es el momento perfecto para usar sus trajes de baño. Los Potter siempre han amado recibir visitas en su hogar, y por lo mismo en ese momento todo el clan de hijos Weasley junto con Hermione y Elara estaban disfrutando de la piscina en su hogar.

Las chicas estaban conversando en las tumbonas mientras que los jóvenes jugaban en el agua, Elara había convencido a Brooke de usar un traje de baño demasiado revelador ante los ojos de la Potter, pero realmente no pelearía con Elara, sabía que de igual forma iba a perder.

Ginny fue la primera en romper el silencio después de un rato- Brooke, ¿No has pensado en enseñar herbología en Hogwarts? Escuché a Dumbledore hablar con Minnie -Brooke la escuchaba con atención-. Dijeron que están buscando un nuevo profesor.

-No sé si podría hacerlo -Brooke le comentó, la idea le fascinaba, su sueño siempre fue poder enseñar lo que más amaba, pero le daba miedo no ser lo suficiente buena para enseñar.

-Vamos, serías una gran maestra -Hermione habló-, me encantaría que nos enseñaras.

-Brooke, creo que deberías escribirle a Dumbledore -Elara le dio un apretón en el hombro a la joven -, solo... inténtalo ¿Okey?

-Okey, le escribiré -Brooke intentaba convencerse de que era una buena idea.

-¿Crees que tu papá se dé cuenta de que estamos fumando? -Ela inhalaba el porro que habían enrollado hace unos minutos.

-No lo creo Ela, abrimos todas las ventanas -Aunque Brooke intentaba disfrutar de su tiempo con sus amigos seguía pensando en la propuesta-. Pásame el porro.

Fred Weasley solo veía como el humo entraba por la boca de Brooke para después salir de forma lenta, ellos fueron amigos desde que él entró a la escuela de magia y aunque honestamente nunca lo admitiría, desde el primer momento que la vio empezó a sentir cosas por ella.

El momento fue interrumpido por su gemelo- Brooke, pásalo -La chica inhaló por última vez para después dárselo al pelirrojo, Fred realmente quería golpearlo.

Así estuvieron por unos minutos hasta que una voz interrumpió su paz- ¡Brooke, papá dice que bajes!

-¡Mierda! ¡Mierda! Apaga eso -Se levantó para proceder hacer un hechizo que sacó todo el humo de su habitación-, tenemos que bajar o si no mi papá va a subir.

Los gemelos intentaban no reírse de Brooke, les parecía tierno el pánico que la joven sentía. Los chicos intentaron parecer lo menos drogados posibles, fueron saliendo poco a poco al jardín para intentar no ser interrogados por el Potter.

-Brooke, ven un momento por favor cielo -La Potter siguió a su papá para llegar hasta el recibidor de su casa, ahí se encontraban 2 hombres platicando animadamente.

-Ya te dije que no Sirius, no voy a vestirme como Caperucita para Halloween ¿Por qué no puedes ser tú caperucita y yo el lobo? -La atención de los hombres cambió hacia los Potter al escuchar la risa de James.

-Porque tú ya eres un hombre lobo lunático -Sirius hizo un sonido de aprobación, Remus solo volteó los ojos y se centró en la chica.

-Hola Brooke, tanto tiempo sin verte -Remus la abrazó.

-Hola padrino, dime que tienes chocolate por favor, muero de hambre -Remus sacó entre risas un pedazo de chocolate para dárselo.

Sirius solo veía silenciosamente a la joven, había cambiado demasiado desde la última vez que la vio- Hola Brooke -Sirius no sabía por qué, pero solo podía ver a la joven, y el traje de baño que ella usaba no estaba ayudando en nada a desviar su atención.

Sinners | Sirius Black | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora