VII. LOS DURSLEY

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Después de la muerte de Lily Potter, Petunia Dursley había tenido una especie de revelación divina. Cada cierto tiempo invitaba a sus sobrinos a su hogar para según ella "convivir".

Habían organizado una cena para celebrar el cumpleaños de Dudley y habían invitado a Harry y Brooke a esta, la chica odiaba ir a estas cenas. Sabía que su tía lo hacía para intentar remendar todo el daño creado a su familia.

Odiaba saber que eran su proyecto de enmendación, odiaba saber que solo había intentado cambiar lo que hizo después de que su mamá muriera.

De mala gana terminó de cambiarse, finalmente se dirigió a la habitación de su hermano y sin avisar entró. Lo encontró frente al espejo haciendo lo que parecía ser flexiones para hacer notar sus músculos.

A lo largo de sus años haciendo quidditch el joven había obtenido un cuerpo definido. Había crecido para ser la viva imagen de su padre, pero su única diferencia era su problema para coquetear.

Harry había tenido muchas oportunidades con diferentes chicas a lo largo de sus años en Hogwarts, pero parecía ser que nunca entendía las indirectas que le hacían, por lo tanto, nunca salía con ninguna.

La chica tenía una sonrisa socarrona en su rostro mientras veía las extrañas caras de su hermano- Es hora de irnos Harry.

El chico volteó asustado hacía donde se encontraba- ¡Brooke! ¡Casi me cago del susto!

-Lo siento -rio al ver la cara de su hermano-, pero ya es hora de irnos.

-Brooke -la chica asintió- ¿Viste lo que estaba haciendo?

-Sí...

-Si llegas a decir algo me encargo de contarles a todos la vez que vomitaste encima de papá -la apuntó con su dedo.

-Traicionero -hizo un pequeño puchero-. Bueno, tenemos un trato.

Harry sonrió sabiendo que había ganado, terminó de cambiarse y se dirigió a la sala. Tomó la mano de su hermana y sintió como se formaba un nudo en su estómago mientras se aparecían.

Aparecieron en una zona oscura cerca de la casa de sus tíos, mientras caminaban los dos odiaban cada vez más tener que estar ahí. James les había pedido que se presentaran, creía que era bueno compartir tiempo con su familia.

Y es que era triste saber que era la única familia que tenían, todos los demás en sus familias habían muerto. Solo tenían a la familia que habían formado gracias a sus padres.

Al llegar, Brooke tocó la puerta, después de algunos segundos esta se abrió revelando a Vernon, rodó los ojos al verlos y se hizo a un lado para que los chicos entraran.

-También es bueno verte tío Vernon -dijo Brooke en un susurro.

El rostro de Petunia fue el segundo en aparecer en su campo de visión, tenía una sonrisa forzada en su rostro mientras veía a los hermanos- Brooke, Harry, que bueno verlos.

-Gracias por invitarnos tía Petunia -Harry dijo-. Trajimos un regalo para Dudley.

-Espero que sea caro, no le gustan las cosas baratas -Vernon dijo y Brooke rodó los ojos.

-Es un reloj -dijo Brooke.

-Mhm -Vernon vio la caja con desprecio-, veremos qué le parece.

-Viejo idiota -susurró Brooke. Sintió un pequeño pinchazo en su brazo- ¡Au!

-Para Brooke -susurró su hermano-, es temprano para pelear.

Después de esa pequeña escena pasaron hacia donde se encontraban los demás invitados de su hijo. La mayoría eran jóvenes de la edad del chico.

Sinners | Sirius Black | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora