15: new story

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1 de mayo

Cuando creí que nada más me iba a sorprender, Max llegó a mi casa con la descabellada idea de que yo tengo que tener un guardaespaldas. En sí, no era una idea tan loca, ayer cuando paseamos por el muelle de Santa Mónica para que la gente se siga creyendo el rollo de una buena relación, más de cinco chicas se me acercaron y dos de ellas me tiraron popcorn porque, según ellas, merecía eso y más por joder a su capitán. Creo que, si no hubiera reaccionado rápido, Max las hubiera botado de una forma no tan linda, pero por suerte lo calmé antes de tiempo.

Esta vez como él lo presenció en primera fila y con canchita -literalmente- tuvo una reacción más fuerte. Hace dos días publicó un video en donde mostraba su malestar respecto a cómo me han estado tratando, al principio me pareció muy lindo de su parte, luego recordé que todo esto es por la relación que aparentamos y que no le nació hacerlo, sino que lo aprovechó las circunstancia.

Así que, dentro de todo, entendía sus motivos para tener a alguien que me cuide cuando esté sola, era peligroso estar por ahí, porque no solo ha sido lo de las chicas, sino también el ataque de hombres, del grupo de béisbol, sin contar todo lo que hablan de mí en redes. Sabía que había gente loca por famosos, solo que no creí que eso me pasaría, lo peor es que yo ni siquiera soy famosa por mi trabajo, sino por ser novia de Max, aunque ese es uno de mis trabajos también, pero no del que estoy orgullosa.

—¿Y si esa persona al final me hace daño o algo así cuando menos lo espere?

Él sonríe de lado y se acerca tanto a mí que puedo ver esos pequeños destellos dorados en sus ojos, solo se ve si estás a centímetros de ellos.

—¿Crees que yo contrataré a alguien sin antes revisar toda su historia? ¿Crees que te pondría en peligro?

Sí, le quiso decir la Eira desconfiada.

—No—terminó diciendo la Eira que estaba dándose la oportunidad de conocerlo, porque quería que el tiempo que dure todo sea más ameno—. Sé que no harías eso.

—Bien, entonces relájate. Me encargaré de todo.

—En realidad—pongo la palma de mi mano sobre sus labios para callarlo—, quiero también estar durante el periodo de entrevistas, quiero elegir yo.

—Está bien, me parece correcto. Ya hablé con una de las organizaciones de guardaespaldas más seguras del mundo, ahí solo hay gente de la milicia o de la marina; gente más que capacitada para aguantarte.

—Hablas como si fuera difícil de tratar—resoplo y unos mechones que me caían por la frente salen volando.

—Es que lo eres. No te lo tomes a mal, por favor, recuerda el trato.

—Claro. Puedes criticar mi forma de ser y no tengo que tomarlo a mal, tranquilo.

—Olvidémoslo. ¿Puedo ir a tomar agua?

Inconceivable Mistake © [#1 serie Mistakes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora